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/ a los •capuchinos .·cQn ~ primitiva pobreza fran– ciscana par poner a r:ay.a .las doctdnas heréttcas de los ;Rieformaidore.s 56 • La historia de la Con– trarreforma autortza ·esta suposición 57 • Signifi– ,cativas son Jas: ,palabras con las ,cuales ei' supe– rior da la obediencia a los misioneros dispuestos a .pa,rtir: «Debes saber que ila graieia del E'spi- . ritu Siantp te envía: par:a desempefiar el apesto– lado de Cristo en apostólica humildad y po- breza> 68• . · . . . En una,época en ,que Pío XI, en su _encíclica -<10br:e ei- - sacerd(licio, exhorta .también al clero secula:c .~an ,encarecidamente al desinterés y mo– destia apostólicos, -verdaderameute no podemos considerar nosotros, capuchinos, ·como un.a eJti– gencia de los tiempos la supresiónde la pobreza franciscana. Nunca fué nuestra pobr,eza, a.un en inter,és de nuestrci apostolado, <1e más a,ctualidad que hoy. ~úestro ~adre General 1 0lemente de l\'Iilw.aukee escribe : «Nadie de yosotros 1desconoce·, amados hijos, las autonzadas_ .palabras ,con que el Sumo Pontífice, corroborando con su autoridad que la •n;orma de vida de :San, Francisco es ,en un todo apropiada. a nuestro siglo, nos emorta_ a obser– varla r,eligiosamente y a llevarla a la prácti,ca · con más inbe!llSidad cada 1dia: «Habéis. nac;ido .,....:;d.ice...:.,.;en el seno .de Ja Iglesia precisamente par.a practicarla y reafirmarla». Y, ,ciertamente, en ,estos :tiempos faltos de ¡pat .por la -codicia de · riqu,ezas es, muy d•e ponderar a su vez ,esta grave amonesta-ción: l<<!Es indigno :prot,esar 1a pobreza con •. os:tenta.,ción y ,con .enal~~:edol'.as· palabras y pisotearla con las obras». Y todavía r•e:viste ma– yor grav;edaid el mandato que .hemos recibido del mismo Sumo Pontífic,e de iiuminar la Igl•e,sia ,con

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