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ciar a todo 53 • Por eso, finalmente, habla en la Regla tan entusiasmado de «aqueJla eminencia de la altísima pobreza que nos ha institutdo he– rederos y reyes de1 reino de los delos, nos ha hecho pobres de cosas temporales y nos ha ,en– salzado en virtudes» . APLICACIÓN.-,A estas palabras nuestras Cons.;. tituciones añaden esta e~ortación: «Procuren los fraiiles a imitación de Cristo y de su Madre dulcísima, ser pobres d,e las cosas terrenas para ser ricos de la divina gracia, de las santas virtu– des y de los tesoros ceiestialés (86). Oelano es– cribe de nuestro .s.an :to Padre: ~<Desasido com– pletamente de+ barro de Ias ,coi:;as terre:rfaJes, libre en absoluto de la c9:n,cupiscéllcia de. ~1a carne, su inteligencia se remontaba a las supli– midades... ¡Oh, cuán diferentes somos nosotros! ¿Qué otra causa, crees tú 1 podrá hallarse, sino que todavía somos complaci-Pntf's con la 1 r.anne. y nos aferramos al polvo de las cosas munda– nas?» 54 • Porque no practicamos ,el anhelo. d~ nuestras Con.stitnciones que quieren que «como. peregrinos en la tierra y ciudadanos del cielo; corramos con fervLente espíritu por el camino de Dios» (87). ¡Animemos, pues, con el amor divino la muJtitud de pequeños éjercicios de po– breza que le harán a su vez crncer .y forta1,e; cer.se más y .más en nosotros! ¡Entonces.podremos re– petir también stempr~ con mayor razón lo di– cho por nuestro Padre: «¡Mi Dios y mi todo!» PETICIONES.-¡Traspasa, S,eñor, con la fuerte y dulce fuerza..de tu amor, mi cora2iÓill, y sacalo de todo lo que hay debajo del cí_elo, para que muera por tu amor, ya ,que te dignaste morir por mi amor! - 133 -

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