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PUNTO l.º: Al,l!JGRIA EN LA J?OBREZ,A CoNSIDERACIÓN..c-,a) Una meditación anterior nos demostró qu•e toda la vida de Francisco era en el fondo la historia dé. su amor a la pobreza. También podemos decir que Io es su alegría en la .ipobreza. En,ef:ecto: cuanto más se acercaba·Francisco a la vocación evangélica de la pobreza, cuanto su unión de amor y de vi,da ,con «Dama Pobreza» se hacía más ,e,strecha tanto más una pura ale– gría llenaba su alma. «Ya la primera, aunque enteramente oscura, revelación sobre su futura vocación-como observa Cela:no-'-le fué de tan gran sati<Sfacción, que fuera de sí por el entu– siasmo, sin darse ,cuenta de eJio, rnanifestábalo a todos» 42 ; «Esta alegría se ahondaba más y más en el trato con los pobres» 43 y alcanzó su apo– geo en el solemne desposorio con la pobreza ante el obispo de Asis, y ~n la última revelación acerca de su idea'l evangélico de la pobreza en la capilla de la Porciúncula: «No cabía en sí de contento», dice Celano 44 • b) Cuando luego des,pués Dios le Ueva los pri– meros discípulos que, como él, se desposan con la pobreza, se multiplica también la alegría. Moraba con ellos en una casita junto a la Porciúncula, como dice una de las más· antiguas biografías, «unid!os todos por los vínculos de ex- . traordinaria rulegría y gozo del Espíritu Sánto» 45 • Para su .primera excursión misional <<Se separa– ron mu¡y Jlenos de gozo én el Señor». Sobre todo Francisco, que, ,JJen(tl¡eciá y glorUicába la bondad del ,Altísimo, c,antando en francés, ,eon voz ,clara y ipotente, las alábanzas del S,eñor. Había en ellos tanta alegría como si hubieran encontrado - 123 -