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tivtdad, por ejemplo, en A1emania, nos han lla– mado los obispos, y por eso Dios ha bendecido copiosamente nuestros :trrubajos. Esta bendición divina permanecerá con nosotros mientras per– manezca verdaderamente 'lo que San Pío X decía en una audiencia a [os estudian.tes de nuestro Colegio Internacional: «S,é y tengo suficientes pruebas de ello, que entre los hijos buenos de la Iglesia los capuchinos son los mejores». A ,ello aspiran nuestras Constituciones cuando escri– ben: «Mandamos que Jos frailes con toda hu– mildad vivan sometidos ·al Romano Pontífi-2e, Padre· de todos los cristianos. Guarden también la debida reverencia a todos. los nrelados y ;sacer.. dones y aun a cuantos nos. enseñan el ,camino de Dios... » (6)., :PETICióNÉs. -"-,-Pádre nuestro San Francis-oo, con.serva a nuestra Orden en 1 la fidelidad «a la dama santa Pobreza con su hermana la santa Humildad» 41 . -121 -

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