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do invitados ,en [a Iglesia militante a las bodas del santís~mo .Esposo Jesucristo, procuremos es– tar ,en el último lugar» (6). Nuestro Santo Padre el :Papa Pío Xll nos •ex– horta: «Sea vuestro principal ornato la humil– dad cristiana que, siendo compañera insepara– ble de· 1a benignidad y de la bondad, ,es capaz de vencer sabiamente y adueñarse de los hombres. A vosotros es fácil siendo humHdes servir a los humHdes en e1 desempeño de 10,s divinos minis– terios» 36 • Igualmente nuestro Padre GeneraJ Cle– mente de Milwauk·ee: «Está mui:y lejos de :riues– tro ,espíritu apetecer los primeros asi,entos en rla Iglesia, a no ser aquellos que exigen sacrificio, inmolación y desinteresada entrega ... La amable simplicidad y humildad (Pio XII), que son nues.., tras ,propias armas, redbidas de nuestros ma– yores, nos bastan y sobran para hacer, por la gloria de Dios, lo que otros. Institutos religiosos legítimamente realizan, valiéndas:e de [os gran– des recursos qµe proporcionan los adelantos mo– dernos» 37 • Solamente ,con la humildad se aviene nuestra pobreza g,enuinamente franciscana,. verdadera– mente «santa pobreza», como imitación que es del pobre y 1 humHde Salvador. , ·· · PUNTO 2. 0 : SUMISO OOMO UN NIÑO CoNsmERACIÓN.-Francisco no fué el primero ni el único 1que entonc,es realizó el ideal evangé– lico de la pobr,eza. En Italia; Francia y Alemania hubo en la época. de Francisco tentativas para volver a traer a la sencillez evangélica por me'1' dio de una adaptación de la vida pobre de .los -- 118 -
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