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nas,alabanzas, ¡ con ,qué atención debia escuchar entonces todo ,el cielo! b} ¿Y ,cuál era su norte en el día de trabajo? U:nicamente la santa yoluntad de Dios. «Señor, ¿qué quier,es qué yo haga?» (Hech. 9, 6). E.sta pregunta ,eistaiba s.iempre,.,.en cierto rno– dó, en labios. d,e José, como lo v;emos a través dé todo lo qué de él nos ,l'efdere..el santo Evian– g,elio. Porque Dios lo quiere, l'ecibe a María en su casa (l\ft., 1, 24), va sin l'ép1ica a Belén (Le., 2, 4), se some'te y somete a los suyos a todas las, pres,. cripciones de la Ley (Le., 2, 21-24), huye a Egipto (Mt;,~ 2, 14} y' vuelve a Nazaret ('Mt., 1, 2l s,). >«He aquí la esclava/del Señor» (Le., 1 28), era el lema de :María, que siempre y ,en todas parte¡, éonvíerte en hennosa realidad, ,en las horas a},e– ~res o tristes, ,en ,el p,es,ebre o ,en e1 templo, en la ihuíida o ien ,él país del destierro, o. en ,el tran– quilo ihogar .d,e Nazaret. ««Heme aquí .,qüe v,engo para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad»· (Hb,; 10, 7), :rué el «·buen deseo» con que, el Salvador entró en este mundo y que continuamente r,eaU:ta. en él retiro y :l)aje~a.con eF'tiáeha y el cepillo ,en :la mano lo mismo que m:is 'tarde· ,como Celebtado maestro .taumaturgo. El evengalio de este día nos muestra ,que 1a vo– luntad del PadreesparaElsuperior atodo~ Por– que e1 Padre lo. ,qui,@e, hace, la peregrinación a Jerusalén en la gran festiYíldaid, permane,ce ,en •N templo sin co:nocimi,ento d,e ,sus padres, y, .des- .. pués de ·1a, gloriosa· manifestación de Sí lllism9, vuelve con eJlos, d;e nuevo a la oscurad::td de Na– zaret y les. está oometido (Le:, 2, 45-51): · APLrcacróN.-'-'C,-También las di'vinas alabanz.as de,ben ser las dominadoras sobre todas las demás · cosas en ,e1 ;punto céntrico de nuestra yida con- _¡·11 -