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«:stop» a la muerte 97 267 Una muerte sobre el asfalto no deja de ser triste, aunque ocurra en un ambiente primaveral, arropado por bellos paisajes de fondo. ¡Que la admiración de la bella naturaleza circundante no amengue tu atención al peli– gro posible! Este salta a veces cuando menos se pien– sa ... 268 Alguien vela por tu seguridad, y es el que ha colo– cado esos indicadores a lo largo de la. carretera. El indicador es un sincero amigo que te advierte y previe– ne. Hazle caso. Sabe más que tú. Y no quiere ser testi– go de tu tragedia. 269 De nada nos valdrían todas las asignaturas aproba– das brillantemente en nuestra carrera, si en prudencia y sensatez estuviéramos a cero y, a pesar de todo, nos atreviéramos a sentarnos al volante. Una licenciatura o un doctorado pueden ser un pase para la vida; pero nunca un pase de seguridad para la carretera. En ésta vale más un adarme de sensatez que una maleta carga– da de matrículas. Los temerarios terminan por estrellar– se, aunque sean doctores. 270 ¡Cuántas ilusiones despiertan en los propietarios de un coche los fines de semana, los puentes y, sobre todo, el veraneo! Pero resulta muy triste pensar que muchas de esas ilusiones se truncaron en la carretera. Cuando todo prometía felicidad, se presentó la muerte .. . Y el fin de semana se convirtió en el fin de la vida .. . El puente lo fue hacia la eternidad ... Y el soñado ve-