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88 P. David de la Calzada de Circulación, superar brillantemente un examen y ga– narse el carnet de conducir. Hace falta la práctica del volante. La prolongada experiencia de conducir es in– sustituible. Por eso el joven conductor, sabiendo teóri– camente tanto, cae más fácilmente en la carretera que el conductor avezado y maduro que no sabe tantas cosas. 244 Hay una expresión, muy corriente entre los aviado– res, que ya ha saltado a la vida práctica. Cuando un piloto poco avezado tiene algún fallo en el manejo del avión, suelen decir sus compañeros con una leve son– risa un tanto irónica en los 1·abios: « Tiene pocas horas de vuelo». Lo que quiere decir que puede tener mucha teórica; pero que le falta la práctica, es decir, la expe– riencia, que sólo se consigue con muchas horas de pro– longado ejercicio. Esto vale perfectamente para mu– chos conductores de automóviles. Quizá saben mucho. Lo s·aben todo. Pero «tienen pocas horas de vuelo». Les falta lo mejor: La práctica, la experiencia. 245 Confío plenamente en la prudencia y seriedad de los conductores de taxis, camiones y autobuses de línea. Su pericia y responsabilidad son conocidas y aprecia– das por todos. Pero ya no confío tanto en los conducto– res particulares de coches propios o de coches de papá. Los hay bastante locos e irresponsables. Y tenemos que convencernos todos de que no es nada de risa o de juego sentarse a un volante y echarse a correr por una carretera. ¡Así ocurre lo que ocurre! ... 246 Si se hiciera una detallada estadística de los cau-

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