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76 P. David de la Calzada bién que Dios es omnipotente, y que la oración, con las debidas condiciones, es eficaz. ¿Qué más necesitamos para excitarnos a la oración? ¿Es que nos da lo mismo llegar sanos y buenos que llegar descuartizados o cadá– veres? No lo olvides al viaJar; Dios todo lo puede y la oración todo lo alcanza. 205 Hay un emblema internacional, SOS, sobre un fondo azul y blanco, que ya se ve coloc'ado en muchos coches de España y muchos viajeros lo llevan en la cartera. El emblema lleva esta inscripción: «Soy católico. En caso de accidente grave, avisen a un sacerdote». Magnífica precaución ante un peligro de muerte. Si perece el cuerpo, que se salve el alma. Esto es lo que importa. Porque, si tras la muerte viene la condena– ción, ya no hay arreglo. 206 El 2 de octubre de 1965 decía Pablo VI a los partici– pantes en el Diálogo Internacional sobre moral en carre– tera: «El tráfico rodado constituye uno de los problemas prácticos más acuciantes de la vida moderna». No debemos necesitar más, conductores y peatones, para sentirnos obligados a poner nuestro granito de arena en la solución satisfactori'a de ese problema del tráfico, que todos los años se lleva tantas vidas de her– manos nuestros. 207 Ama a Dios sobre todas las cosas. Si le amas de verdad, amarás también a los hombres, hijos de Dios y hermanos tuyos. Y amando a todos los hombres, no me cabe duda, habrá menos accidentes en las calles y, ca– rreteras.

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