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«Stop» a la muerte 67 y setenta y cinco centavos. ¡Qué diferente la conducta de tantos conductores que infringen la ley y, al serles impuesta la sanción le– gal, se desahogan en protestas tontas, cuando sólo de– bier·an protestar de su propia conducta incorrecta o tal vez criminal! La ley vela por su vida, y no saben ni agradecerlo ... 177 En 1974 la prensa española nos daba estas trágicas noticias sobre la carretera: «En España caminamos hacia los 4.500 muertos al año en accidentes de tráfico. En Alemania ya se conta– bilizan 20.000 muertos y medio millón de heridos. En todo el mundo, la cifra total de muertos por culpa de accidentes de tráfico supera los 200.000. El problema está planteado a escala intern·acional y preocupa a to– das las autoridades». Yo creo que a quienes debiera preocupar en primer término debiera ser a los automovilistas. Si a éstos no les preocupa, estamos vendidos ... 178 Según los datos ·anteriores, la muerte se traga cada año en las carreteras de España tantas vidas como las que cuenta una mediana villa española. En Alemania, algo así como una ciudad regular. Y en el mundo, algo así como una capital respetable, equivalente a una ciu– dad como Murcia, Valladolid o Palma de Mallorca. Y tan tranquilos... Casi diríamos que nos hemos resign·ado, como considerándolo ya inevitable... 179 El mundo entero se conmovería si en un terremoto o cataclismo una ciudad populosa fuera tragada por la

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