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«Stop» a la, muerte 41 causas principales de esos accidentes, la imprudencia de los conductores y el demasiado tiempo al volante». · Si es así, el remedio no puede ser más sencillo: Más prudencia al conducir, y no permanecer demasi'i:ido tiempo conduciendo. 100 Pablo VI decía a lós camioneros españoles allá por la Navidad de 1968: -«Dios nace también en tu coche, cuando le recuer– das en el camino». V yo creo que podríamos añadir que quizá nazca por segunda vez alguna persona, cuando tú conduces recor– dando este nacimiento misterioso de Dios en tu coche. Es un pensamiento que inspira gozo y prudencia. Y la prudencia es la gran salvadora de las c'arreteras del mundo. Son innumerables las vidas que ha salvado. V cuando una vida se salva, es que una persona vuelve a nacer. 101 El uso de las drogas siempre resulta perjudicial para la salud humana. ¡Para conducir, es catastrófico!. .. Hay drogas eufóricas, que hacen creer al conductor que las ha consumido que reafirma su personalidad, poniendo el coche a todo motor y metiendo el mayor ruido posi– ble. Lo peligroso es que esas drogas producen lentitud y hasta atrofia de reflejos. Precisamente cuando más se necesitarían ... No nos extrañe, pues, que el número de drogadictos sea abultado en las estadísticas de acci– dentes ... 102 Conductor que avanzas por la carretera: No te olvi– des de ese otro viaje, del más importante de todos; el

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