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32 P. David de la Calzada 69 La carretera es de todos y para todos. No te creas tú nunca el rey de la carretera ... Hay necias presuncio– nes que impulsan a actitudes absurdas que, más tarde o más pronto, terminan en la catástrofe ... También los reyes mueren a veces asesinados ... 70 Los faros de tu coche son luz salvadora en tu ca– mino. Pero pueden ser también peligrosa ofuscación para el que viene de frente. Sé responsable en el uso de los faros, según la legislación ... Piensa que en ello andan en juego unas cuantas vidas .. . 71 Las carreras de coches y motos son un manifiesto atentado contra la vida humana, que no sé cómo tole– ran los Códigos de los Estados. El primer atropellado es el quinto Mandamiento de la Ley de Dios. Después vendrán los ocupantes de esos vehículos ... Juégate la vida por una causa noble que valga la pena. Pero no por la vanidosa tontería de un triunfo deportivo o la ma– terialidad de un precio en metálico... ¡Tu vida vale infi– nitamente más que todo eso!. .. 72 No subas nunca al coche con nerviosismo, disgusto o prisas. Son malos consejeros. Tranquilízate antes de empuñar el volante. Estará mejor protegida tu vida ... Y los tuyos quedarán más tranquilos. 73 Un loco de la carretera que perece en un accidente,. es digno de lástima. Pero en muchos casos, yo diría

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