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22 P. David de ta Calzada para hacer verdad, una vez siquiera, eso del «día sin accidentes»? 32 Los quirófanos de los centros sanitarios saben un poco de las locuras de la carretera. También lo saben los cementerios. También los saben los juzgados. Los únicos que parecen ignorarlo son algunos irresponsa– bles que se sientan despreocupadamente al volante de sus coches, como si tuvieran en sus manos el salvo– conducto de la inmortalidad ... 33 Es algo muy serio sentarse a un volante y saltar con el coche a una carretera en hervor de circulación. Tu vida y la de tus acompañantes marcha sobre la fragili– dad de unas ruedas y la movilidad de un volante, acuna– das en una fascinante velocidad, y a merced de la im– prudencia de uno o más de los inifinitos conductores que nos siguen o se nos cruzan. Toda la prudencia y la responsabilidad son pocas. No te distraigas. Atiende con los cinco sentidos a lo que traes entre las manos. No exijas a una máquina ciega seguridades que ella no puede dar... Eres tú quien tiene que pensarlo y calcu- larlo todo .. . 34 Existe un quinto Mandamiento que prohíbe matar y matarse. Matar y m'atarse, no sólo puede hacerse con una pistola o metralleta; también sentado en un coche. con un volante entre las manos y un acelerador bajo los pies. Conductor: No seas homicida ni suicida ... Tu vida y 1·a de los otros pertenece a Dios.

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