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«Stop» a la muerte 15 6 Que un coche se destroce en un accidente, es la– menta;le, porque el coche cuesta dinero. Con todo, el percance tiene solución, porque las fábricas no paran de lan ar al mercado coches y más coches de la misma marca y aún más perfeccionados. Pero si tú mueres en la carretera, podemos decir que ha perecido el único ejemplf r de tu marca. Y es que Dios no fabrica los hombr s en serie ... Cada hombre es modelo único... 7 Conductor: Extrema todos los medios para conse– guir qye ese volante que tienes entre las manos te lleve sano ªI tu casa y al amor de los tuyos; nunca descuar– tizado al hospital ni muerto al cementerio ... No destru– y'as esa máquina maravillosa de tu cuerpo que Dios fa– bdcó rn tanto amor para •: bien y para su gloria ... Como todo hombre del mundo, también tú, conduc– tor, tienes una cita suprema con la muerte. ¡Por tus seres pueridos, no quieras llegar antes de la hora!. .. Extrem¡, la prudencia. La frivolidad al volante es algo barato que se paga caro ... 9 ¡Es lhermosa la vida! ¿Por qué aniquilarla en la ca– rretera~ No desprecies ese don precioso, regalo de tu Padre Dios ... Tu mujer y tus hijos prefieren recibirte bueno y sano, aunque llegues un poco más tarde. 1 10 El automovilista irreflexivo es un fabricante de tra– gedias con largo eco de lágrimas y de lutos ... ¡Precau-