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«Stop» a la muerte 131 mos con felicidad, por el recto camino de la virtud, a l'a meta de la gloria eterna». («Mensajero del C. de Jesús») 365 Cuando un año finaliza, al encontrarte vivo y sano, alégrate y da gracias a Dios. Pero piensa también que de poco o nada te valdría haber sorteado los peligros de la calle o la carretera, sino hubieras sorteado también los peligros del alma en ruta hacia tus eternos destinos. Hay muchos que caen en la carretera. Pero hay mu– chos más que caen en el pecado, que es el más grave accidente de circulación que puede ocurrir en esta in– grata travesía de la vida a la eternidad. El coche averiado va al taller. El viajero accidentado va 'a la clínica. El alma accidentada tiene que ir al confe– sonario ... ¡Que cada año que Dios te conceda lo inicies con el coche en condiciones, la salud en regla y el alma en • 1 gracia.... ¡Y que Dios te acompañe siempre en todos tus ca– minos! 366 En la parte delantera de algunos coches y a la vista del conductor he podido leer esta oración, muy recomen– dable a todos los que conducen: «Dame, Dios mío, mirada vigilante y mano firme para poder llegar a mi destino sin causar daño ·a nadie». Lo que viene a decirnos que no debemos fiarnos ple– namente de nuestra pericia. Hay accidentes que sólo Dios puede evitar. Por eso no debemos olvidarnos nunca de encomendar a Dios la seguridad de nuestro vi•aje. 367 Coger una curva peligrosa a gran velocidad y frenar

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