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«Stop» a la muerte 125 Y en zona urbana 32.295 accidentes con 941 muertos y 41.387 heridos. Han pasado varios años, y ha aumentado enormemen– te el número de coches y, por desgracia, también el de accidentes y el de víctimas. Lo que parece que no ha aumentado es la sensatez y la prudencia. ¿Cuándo lo vamos a tomar en serio? 349 Para muchos conductores los peatones no pasan de ser un estorbo. Es una opinión. Pero, es curioso, para muchos peatones los conductores representan un estor– bo mayor aún, pues con el coche ocupan más espacio en la vía pública. ¿Quién tiene la razón? Yo creo que ni los unos ni los otros. Las calles y carreteras se hicieron con el dinero de todos y para todos. Y, puesto que todos so– mos hijos de Dios, nadie debe tomar al otro como un estorbo, sino como un hermano digno de amor y respeto. 350 Es muy triste que caigan los ancianos en los acciden– tes de carretera. Pero, si cabe, más triste aún que cai– gan los jóvenes. Los ancianos ya vivieron su vida; los jóvenes la están comenzando. Los primeros ya son tron– cos añosos cargados de achaques; los segundos, árbo– les nuevos cargados de promesas y esperanzas. Y lo triste es que, según las estadísticas, el 42 por ciento de los muertos por accidentes de circulación son jóvenes entre los veinte y los veinticuatro años. No in– cluimos aquí los heridos que quedan inútiles para el tra– bajo. ¡Tragedia enorme para infinidad de familias y tra– gedia enorme para toda la nación! 351 El uso de las drogas en España desgraciadamente va

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