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124 P. David .de la Calzada ser también un medio honesto de trabajo para ganarse la vida. Procura no perder la tuya por el placer de conducir alocado. Y si conduces para ganarte la vida, procura que el coche no sea un medio para perderla. La sensatez juega un papel decisivo en ello. 346 Se ha establecido en una fecha del año el llamado «Día Internacional sin Accidentes». Todo con el mejor in– tento de que los conductores reflexionen sobre la nece– sidad de extremar la prudencia en la carretera. Y, ¡qué pena, señores!; el «Día Internacional sin Accidentes» correspondiente al año 1963 se produjeron en las carre– teras de España 159 accidentes, cuatro de ellos morta– les ... ¿Qué ocurrirá ahora cuando los coches se han multiplicado en nuestra nación? ¡Señor, danos sensatez! iCOnsérvanos la cabeza! ¡Defiende nuestra vida, que es tuya y que nosotros no sabemos apreciar! 347 Hay una vanidad estúpida que suele atacar con más virulencia a la juventud. Y consiste en esa «fiebre de velocidad y de ruido» al atravesar con un vehículo las calles de la ciudad. Todo porque los demás les vean y se enteren de que tienen coche o moto. ¡Una de tantas locuras que puede terminar en tragedia! ¡Y una gambe– rada en grande que fastidia a la humanidad! Locura, por– que se expone al atropello. Y gamberrada, porque con el ruido molesta y desquicia los nervios mejor templados. 348 Es curiosa e impresionante una estadística de acci– dentes de circulación ocurridos en España durante el año 1973. En carretera se produjeron 34.092 accidentes con víctimas. Total: 3.823 muertos y cerca de 60.000 heridos.

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