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106 P. David de la calzada Aleja de un lugar y acerca a otro. Aleja de unas perso– nas y acerca a otras. ¡Que acercamientos y alejamien– tos sean todos para tu bien ... ! ¡Que nunca caigas en una emboscada de los enemigos de tu salvación! Hay viajes perniciosos que no debieron emprenderse nunca. ¡Que cada viaje te acerque más a Dios! «Quien a Dios tiene, nada le falta. ¡Sólo Dios basta!. .. ». 299 La buena vista y los rápidos reflejos juegan un papel insustituible en la vida del automovilista. El peligro pue– de presentarse en cualquier momento. Si la vista no es buena y los reflejos son tardos., el peligro tiene muchas más probabilidades de convertirse en tragedia. Lo me– jor que puede hacer un conductor cuando le comienzan a fallar la vista y los reflejos, es renunciar -al volante. Se hará un bien a sí mismo y se lo hará también a la sociedad. 300 Conductor: Mira hacia adelante. La c'arretera debe estar siempre patente ante tus ojos. Mira también al espejo para ver lo que viene detrás. Pero con la oración mira sobre todo al cielo e invoca el favor divino; que Dios ve mucho más que tú ... Y hasta es posible que alguna vez te advierta, de un modo íntimo y secreto, de algún peligro que no acertaron a ver tus ojos. ¿Qué au– tomovilista no puede contar alguna intuición misteriosa que experimentó en un determin'ado momento, merced a la cual se libró de algún cierto y grave peligro? Dios vela sobre los que le invocan. Y Dios no necesita hablar para hacerse entender. 301 ¿Hay en el mundo cosa más bella que salvar la vida

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