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( - 6~-.,..; · 'if de 1~ :ventanas, el que vibí•.a en nue':Strós oidos. ) Ninguna duda deja ~n·n:uestró e&piritu)a cla:ri– .. da:d,de p:erc:epc:ión,: co.n ·que· todos estos sonidos .itf~etan. k, )iuestrps órganos. ' · :T,naaladérnonos tiJa zona segunda. E(cuadro .. anteriór-éxpér1me:nta, ·desde-Juego, una profunda mbdifrc11ción. Loa detalles'· más delicados q~e aeomp:iJ;fi.aná la ondai;;onora,sepi'erden por com– pleto; deséól:íócemós las voces de los que rips ha- · bla:t;t; ignoramos ·si es el mugido del vierrtó.,; ó. los. •· .acordes lejijnos.de alguna mó.siea militar; lo que· .· . llega hasfa nuestro oído! y vaeilamos en decir si es el sor.do ruido, que produce el olea.jede la •,mar,.~ eLacómpasá<io de Uíl escuadrón, cuando .- desfila, k> que. á diáfarrcia resuena. Sihacemos ·que esta distancia vaya aumen– tando progresívame,nte~ 'llegaremos á lá línea ' qij:e niarca el éomienzo de la tercer-a zona, 'y en 1 ~ . .. ' .- ' . ( . ésta, 1::1eñores, los sonido.a ,oesan para• nosotros; y nada,,pueden decifnos de ellos los órganos, que para recibir los· están·destinados; · · . Pü'diéra~os, claro está, multiplicar los -ejem– plos de est;i,¡ índole; mas como quiera que no añadirían ·ninguna fuerza á nuestra demostra• · dón, pa;réceme que basta Ya con los anteriores, pues ea evidente qu~~el examen.de cadá uM de. ·.•los,setitidós:nos condueirfa á los mismosr.e~ül• taaos. · ·. Ahora bien: ¿es esta ley aplicable solamente á · nuestras facultades externas, ó•se 'la puede llevar más allá, generalizando, y encontrarla