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-~ 125 - · <iclipse para mañana, pues de fo contrario. 110, podr~ creer en su realidad ... Un eclipse., .un .eq– rneta, .un aerolito son objetos de observacj6n; una combinación química, unfenómeno de ópti– ~a ó dé aqústica lo sqn de experimentación;. los dos mét.odo~ son difereptes, pero rio por eso,de:– jan d.e ser•igualmente dentífico,s, ni de merecer e\ calificativo .común ele .experimentales, dado que en el uno y en el otro.la experiencia huma– na es:la que juzga» (1). Si ,el milagro, pues, ha sido obsen,:ado por nü~ merosfsimostestigos, y en circunstancias diver– S;as <;Je lugar y de tiempo, toda la cuestión quf¡l- . da reducida á saber.si se debe negar todo crédi• to altesUmonio humane, aun cuando se nos pr13~ sente rodeado• de todas las condicionióls,. que 1a crítica más escrupulosa puede exigir; y en es~e casO lo que se destruye no· es precisamente ..el milagro, sino,toda clase de certidumbre histórb ca, todo hecho que haya sido conoyido por la . observación de otros h:>mbres. En efecto: ¿,qué· diferencia existe, para la .apreciaéión del en,ten,: dimiento humano, entre la escena siniestra deun crimen, por la cual pierde .un hombre la vid;1, y el cuadro sublime de un.a resurrección.milagro– sa, merced á. la cual recobra insta,nt{tneam~nte la -vida un cadávertdespués de estar cqatro dí,lli.s félncerrado' en el sepulero?.fü en el prime1· caso .el tes.ttmonio del hombre se decli;ira suficiente pita.. (1) Flammarkn: L'inGpnnu, págs. 244-245,