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.:....:· 121 ...... musculares é influyeµ, & la vez, en éstos y en ·ws .esqueléticos; y sobre todós los órdénes de tejidos ,ee .encuentra la acción de. nuestravolUntad, que por igual interviene en el sistema nervioso, en los tejidos musculares y en los tejidos esquelé– ticos, pudiend·o de esta suerte rnodUlcar, éOando le plazca; los fenóm~es ce núestra actividad. El universo presenta una gradación parecí- . ,da; hay en él algo,que recuerda la rigidez del·· tejido esqqeiético, la materiª'; sobre ht. materfa, y sirviéndola ésta de. base, está la vida.; sobr~ l¡1 · vida, vemos colocada la sensibilidad; sobre la sensibilidad, hallamos la región elevada .de'li,1 in– teligencia. Pero est.i supei'J)osición de d.istintos .· .ordenes y causas no podría coexistir, y compa• decerse con el orden que reina en las. cos.as, si las que son superiores no pudieran influir én 111s ' inferiores; por estoí nuestra vida interviene 'en -ciertas leyes· de la· materia y las doblega .en pro• yecl),o suyo, como la sensioilidad niod.ifica las .fonciones vitales, y la inteligencia hace sentk su . . influjo ~n lqs fehóinen◊S'·de la sensibilidad, y, poi• consigüiente, en los ie fa vida y en lo.s de la materia. ¿,Yquéson, señores, todasestas i ntervQncicines, 1 :afüo un ligero remedo de esa intervenciónpode– . rosísima, que la volunta:l de Dios puede ré,au• .zar .enJos dlferentes órdene.s de caus/ts, que ha puesto enel mundo? Ese dete:í'minismo que, corno infraJ?.queable círculo de hierro, aprisionaría la activ.idad del.as críaturas; la libertad del hom-