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-- 111 I Cua,ndo principiamos· el examen:· de lo que· en nuesttos días viene llar::1.ándose el .«hecho reli– :gioso, » no deja de p1·oducir cierto desconcierto :y cierta perturbación en nuestros juicios, la pre~ tensión general de to~as las relígiónes, aun las más salvaje 1 s y primitivas, de proceder de un :•origen divino. Lo.misrrn .el. buclismo que el ju~ daísmo, .el shintoísmo ai igualque el .confucismo, el politeís)l1o/griego, co:nb el fetichismo 11,frica– rn:,, poseen un .. cuerpo más ó menos comple– to de doctrina, que se supone enseñado por Dfos y, en su nombre, se transmite de padres tí hijos. Si se examina él con:enido de aquellas doc– trinas, se echarán de ver algunos rasgos de sé– imejanza entre ellas, ·algunás coincidencias en los puntos fandamentales, agrupándose en torno de estos núcleos tradiciones mitológícas, fáhu• las, ora absurdas, ora simplemente curiosas, y,