EL AUTOR HUMANO. La Biblia, por lo tanto, es un libro divino y humano, a causa de su origen. Divino por ser Dios el autor principal, y humano, al mismo tiempo, por ser el hombre autor instrumental. Con todo, estando el autor humano dotado de razón, cada libro mantiene sus características propias en el orden literario. Definición de León XIII en la Encíclica "Providentissimus Deus", del 18 de no– viembre de 1893: "El mismo (Espíritu Santo) los excitó y movió con virtud sobrenatural a escri– bir, y El mismo les asistió mientras escribían, de tal manera que ellos concebían exactamente lo que querían relatar y fielmente expresaban con verdad infalible todo y solamente lo que El les ordenaba escribir. De otl'o modo no sería el autor de toda la Sagrada Escritura". AFIRMACION DE SANTO TOMAS. Santo Tomás afirma que el Espíritu Santo es el autor principal y el Hombre el autor instrumental, actuando los dos autores en una acción conjunta e inseparable. Pone como ejemplo la sierra; que tiene dos vir– tualidades: serrar en potencia y serrar en acción, mejor o peor, conforme a la habili– dad de quien la maneje. PRUEBAS DE LA INSPIRACION. La existencia de una inspiración divina en la Biblia, se prueba de diversas formas, como veremos a continuación. Consideraremos la Biblia, para su prueba, como documento humano e histórico, prescindiendo de su inspiración como tal. Los judíos• siempre consideraron el Antiguo Testamento como Palabra de Dios. Ex 17.14; Is 30,8; Jr 30,2. Los profetas, cuando anuncian al pueblo alguna verdad que Dios les ha inspirado, acostumbran a decir: "Así habla el Seí'lor... "Así dice Yavé ..." Is 28,14; Jr 10,1; 11-1; Ez 3,4. - En el Nuevo Testamento se encuentran muchas frases de Jesús y de los Apóstoles que aluden a la inspiración, por ejemplo: "Como está escrito..." "Está escrito..." Mt4,4;Mc ll,17;J1(2,17. - El propio Jesús dice: "Escudriñad las Escrituras, ya que decís tener en ellas la vida eterna, porque ellas hablan de Mí" Jn 5,39. Existen algunos textos, de fundamental importancia, que nos hablan con toda cla– ridad de la Inspiración de la Biblia: San Pablo, en su segunda carta a Timoteo escribe: (3,15-17). "...y porque desde la infancia conoces las Escrituras sagradas, que pueden ins– truirte en orden a la salud por la fe en Jesucrito". "Toda escritura divinamente inspirada es útil para enseñar, para reprender, para corregir, para formar en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea pefecto y apto para toda obra buena". San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles; afirma en su segunda carta (1,19·21): 17

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