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44 PRESENCIA ANTIGUA (1598-1835) exigía garantías de una vida ejemplar, madurez de juicio, formación y celo ardiente por las almas. Al celebrarse en Roma el 2 7 Capítulo General de la Oden, en mayo de 1613, la estadística referente a la Provincia Capuchina é:e Aragón era la siguiente: Existían siete conventos formados y dos en construcción, con un total de 162 capuchinos, de los cuales había 22 predicadores, 38 simples sacerdotes, 64 coristas o estudiantes profesos y 38 hermanos no clérigos. 1-) Las Constituciones capuchinas proponían como modelm en este apos– tolado a San Juan Bautista, predicador de la penitencia con voz de trueno y de fuego, y al apóstol San Pablo, predicador de Cristo Crucificado. Y el estilo de la predicación estaba señalado taxativamente por dichas Constituciones: « ... no prediquen fábulas, novedades, poesías, cuestiones inútiles, opiniones no necesarias, curiosas doctrinas ni sutilezas, sino que como San Francisco mandaba en su Regla, anuncien los vicios y virtudes, la pena y la gloria con brevedad de sermón, y absténganse del lenguaje demasiado cortado, afectado y c:Jmpuesto, como no conviene al desnudo y humilde crucificado; mas usen de pala.bras desnudas, puras, simples y humildes, pero inflamadas, divinas, llenas de amor de Dios» . Con todo este conjunto de orientaciones se trataba de :;:,revenir a los predicadores de los abusos que reinaban en la predicación barroca de aquella época. La predicación capuchina tendía a la instrucción religicsa del pueblo en toda su amplitud dogmática y moral. El tiempo fuerte de la predica– ción era el Adviento y la Cuaresma. Había pueblos en que se predicaba dos, tres y hasta cuatro veces a la semana durante la Cuaresma, a base de sermones doctrinales y de catequesis o charlas instructivas- También existían otros géneros de predicación come panegíricos, oraciones fúnebres, y sermones de circunstancias. En la segunda mitad del siglo XVII se introdujo en España el género de las llama::las "Misiones Populares". Una misión popular, con sus sermones fuertes sobre las verdades eternas y las pláticas doctrinales, equivalía e- un cursillo intensivo sobre dogma y moral para todo el pueblo. La misión solía durar 15 días y se realizaba fuera del tiempo de Advientc y Cuaresma. A fin de formar mejor a estos predicadores de Misiones Populares, por iniciativa del P. Pablo de Colindres, General de la Orden, comenzaron a fundarse los Seminarios de Misioneros. En esta Provincia Capuchina de Aragón se fundó en el convento de Borja el año 177U 8 l (?) C. de AÑORBE, «La antigua Provincia Capuchina... » o.e. pág. 78. (S) A. GONZALEZ, «Los capuchinos en la península ibérica», Sevilla 1985, págs. :69-279.
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