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FUNDACION DEL PRIMER CONVENTO CAPUCHINO (1598) 29 La primera comunidad que ocupó este edificio estuvo compuesta por nueve capuchinos, seis eran sacerdotes y tres hermanos no clérigos: P. Luis de Valencia, Superior, P. Pedro de Barbastro, P. Francisco de Baeza, E Andrés de Gandesa, Fray Querubín de Nápoles, Fray Antonio de Nápoles y Fray Damián de Comavella. Este Colegio de las Vírgenes podemos afirmar que fue la "cuna de la Orden Capuchina en Aragón". Allí tomó el hábito el célebre capuchino P. Luis de Zaragoza, el 24 de octubre de 1598, y profesó el 1 de enero de 1600. Fue una figura extraordinaria por su ciencia y santidad, y contri– buyó eficazmente al desarrollo de la Orden por esta tierra aragonesa. 4. CONSTRUCCION DEL NUEVO CONVENTO. La residencia de los capuchinos en el Colegio de las Vírgenes fue algo provisional. Pronto se dieron pasos para edificar el nuevo convento. Como era costumbre según las Constituciones Capuchinas, se buscó un terreno extramuros de la ciudad, situado como a unos 300 metros de lo que hoy sigue siendo la histórica "Puerta del Carmen"; y más en concreto, en la actual calle Hemán Cortés, núms. 33-37. La primera piedra del nuevo convento capuchino se colocó el 11 de diciembre de 1598 en presencia de numeroso público de la ciudad, que acudió a la ceremonia. Juntamente con la primera piedra se puso esta inscripción: «Para gloria de Dios todopoderoso y de la Virgen Santísima del Pilar, debajo de la tutela del precursor San Juan Bautista, reinando en España el rey Católico Don Felipe III nuestro señor, y ocupando la Silla Apostólica el Santísimo Padre nuestro Clemente VIII, en el año séptimo de su pontificado, siendo Arzobispo de Zaragoza y presidiendo a la acción el Ilustrísimo Sr. Don Gregario, asistiendo así mismo el Rvdo. Padre Fray Luis de Valencia, Presidente del Monasterio, que ha de edificarse a costa de Don Juan de Morales Infanzón, se bendijo esta piedra el año 1598 y se echó en los cimientos del edificio». ( 9 ) La obra del convento se hizo a costa de Don Juan de Morales, vecino de Zaragoza, a quien se le dio el título de fundador. Según cuentan los Anales Capuchinos, dicha obra « .. . acabóse dentro de dos años; y entonces el fundador se fue a vivir con los religiosos, donde, renunciando a los cuidados del siglo y haciendo una vida ejem– plar cuatro años, vino después a morir felizmente en edad ya decrépita, y fue enterrado en la bóveda de los frailes». (JO) ( 9) Z. BOVERIO, «Annalium seu sacrarum historiarum Ordinis Minorum S. Francisci qui Capuccini nuncupantur», Lyon, 1639, tomo II, pág. 601. (JO) Z. BOVERIO, «Annalium etc... o.e.», ídem.
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