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28 PRESENCIA ANTIGUA (1598-1835) Las gestiones realizadas por estos nobles caballeros fueron un éxito, de forma que el virrey y el Arzobispo cambiaron de opinión. Volvieron a escribir a Madrid para desdecirse de lo que habían escrito, y dieron licencia para la fundación de un convento capu– chino en Zaragoza. ( 6 J El P. Pedro de Barbastro comunicó con alegría la grata noticia al Superior Provincial de Cataluña, y con su consentimiento, se tomó como convento para la primera Comunidad Capuchina el Colegio Viejo de las Vírgenes, el día 21 de mayo de 1598, siendo Pontífice Clemente VIII, rey de España Don Felipe II, Arzobispo de Zaragoza Don Alfonso Gregario y General de la Orden capuchina Fray Jerónimo de Sorbo.( 7 J Ya que la primera residencia temporal de los capuchinos en Zaragoza fue el Colegio de las Vírgenes, nos interesa conocer algo de la historia de este edificio. Fue el Papa Clemente VII quien en virtud de una bula fechada el 13 de noviembre de 1531, autorizaba la fundación en Zaragoza de la Congregación de las Vírgenes, concebida como un asilo reli– gioso, dedicado a albergar doncellas hidalgas y viudas de esclare– cido linaje, sin obligación de voto ni de clausura. Su fundador fue el infanzón Don Juan González de Villasimpliz, secre– tario del emperador Carlos V. Al fallecer su esposa, se apartó de los nego– cios del mundo, se hizo sacerdote y fundó este Colegio pensando en sus tres hijas, con las cuales se formó la primera comunidad. La primitiva sede del Colegio de las Vírgenes estuvo ubicada en la "Mantería", junto al desaparecido arco de San Roque, en las casas de los Villasimpliz, solar sobre el que años más tarde, se levantó el palacio de los Fernández de Heredia, cercano a la iglesia de Santa María Magdalena. Posteriormente, el 7 de julio de 1585, el Colegio de las Vírgenes abandonó esta primera residencia para trasladarse al palacio del siglo XVI, edificado en la que a partir de entonces se denominó calle de las Vírgenes, situada actualmente entre las calles de Méndez Núñez y Jusepe Martínez, muy próximas a la popular y comercial calle Alfonso I. Por tanto, los capuchinos ocuparon en Zaragoza por unos años el primer convento del Colegio de las Vírgenes, situado muy cerca de la iglesia de Santa María Magdalena. < 3 J ( 6 ) C. de AÑORBE, «La antigua provincia capuchina de Navarra y Cantabria», Ed. Verdad y Caridad, Pamplona 1951, págs. 23-25. ( 7 ) Revista «Analecta Ordinis Fratrum Minorum Capuccinorum», Roma, 1893, t. IX, pág. 30. (S) L. LONGAS OTIN, «Conventos de la antigua provincia capuchina de Aragón», ed. OPI, N.º 13, Pamplona, 1993, págs. 98-100.

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