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FRATERNIDAD DE SAN ANTONIO DE PADUA (1945) 189 situación urgente y angustiosa acudían a la portería del convento. Algunos religiosos destacaron por su amor preferencial a esta gente marginada, entre ellos el P. Antonio de Murieta y el P. Damián lribarren. En el año 1968 el P. Damián, utilizando materiales de derribo, cons– truyó su propia chabola en medio del pueblo gitano, en el lugar conocido por "Las Graveras". Allí tuvo la experiencia de conocer más en profun– didad los problemas de estos hombres. Desde su chabola trabajó incansa– blemente por la construcción de una escuela y comedor, al mismo tiempo que buscaba soluciones al espantoso problema de la vivienda. Llegó a ser Presidente de la Asociación para la Promoción de los Gitanos y trabajó en los proyectos de los que se ocupaba la Comisión lnterministerial para Asuntos de los Gitanos. En más de una ocasión tuvo que acudir al Ayuntamiento, a las comisa– rías y a la cárcel para interceder y defender a gitanos indefensos. El 11 de enero de 1979 el Ayuntamiento de Zaragoza acordó otorgar al P. Damián lribarren el premio "Cesaraugusta" por su labor en favor de la promoción social y cultural de diversos sectores de la ciudad. Ayuda a pobres y obras sociales. Aunque en la actualidad Cáritas Parroquial de San Antonio es el organismo que atiende la solución de los diversos problemas de este sector, sin embargo, los abundantes donativos que llegan a esta Frater– nidad capuchina con destino a los pobres, especialmente a través del "Mensajero de San Antonio" y de la portería, ha motivado en estos últimos años la creación de una Comisión de religiosos con la función de gestionar estos fondos económicos. La tendencia de esta Comisión es apoyar y ayudar a organizaciones que se dedican con profesionalidad y competencia a sectores margi– nados, antes de crear obras propias con las mismas finalidades, aunque esto no resulte tan vistoso. Por otra parte, hay un criterio fundamental y es el de ser claros y honestos. El dinero que entra para los pobres es exclusivamente para los pobres. Y según este criterio, todos los años la revista "El Mensajero de San Antonio" publica el balance económico de estos donativos. El balance del año 1996 fue el siguiente: Ingresos: 34.815.857 ptas. Salidas: 35.073.819 ptas. Ante estas cifras, en primer lugar hay que aplaudir la generosidad del pueblo aragonés y de otras regiones, que han comprendido la lección evangélica de compartir los bienes con los pobres. Y por otra parte, es bueno saber a dónde va el dinero para los pobres. A parte de mantener el comedor de ancianos de San Antonio, la mayoría de los millones están distribuidos en apoyar instituciones bené-
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