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174 PRESENCIA NUEVA (1929-1998) Incluso, los días laborables, había tarea continua durante toda la mañana para cuatro o seis sacerdotes. Por otra parte, los capuchinos eran confesores ordinarios de muchas comunidades de religiosas. En 1957 atendían semanaloente en este ministerio a catorce, algunas de ellas muy numerosas. El ministerio de la Palabra. Este ministerio también ha sido muy propio del carisna capuchino. La predicación de la Palabra de Dios se centró en primer lugar en la propia iglesia. Los domingos y festivos se predicaba la homilía en todas las misas de hora. Durante el año, igualmente se predicaba en las princi– pales novenas como eran las de la Inmaculada, Animas, San Francisco de Asís y San Antonio. En la cuaresma se acostumbraba a predicar hasta cinco tandas de Ejercicios Espirituales abiertos. Algunos religiosos se desplazaban a los pueblos a prestar este servicio apostólico. Por citar un balance sobre la predicación que realizaba esta Fraternidad, las crónicas dicen que el año 1951 los capLchinos predi– caron un total de 140 sermones, 1O misiones populares, 20 tandas de Ejercicios Espirituales, 6 novenas y 4 triduos. Celebración de bodas. La celebración de matrimonios ha sido una constan:e en nuestra iglesia, incluso antes de que fuera constituida como ¡:arroquia. Las razones para buscar esta iglesia eran una auténtica devoción al "Santo casamentero", la comodidad para aparcar coches y las grandiosas arcadas con un amplio espacio para todo protocolo nupcial. Según las estadís– ticas, las bodas en este Santuario tuvieron su momento cumbre en los siguientes años: En 1968 se celebraron 772 bodas, al año siguiente, 801; y finalmente, en 1970 alcanzaron la cifra de 806. A partir de esta última fecha comienza el descenso, llegando en estos últimos años a celebrarse unas 190 bodas. El motivo principal de este descenso puede estar motivado porque los novios en su mayoría sólo quieren casarse el sábado; y además también hay otras iglesias muy bonitas y atractivas para celebrar con gozo este acontecimiento. Atención pastoral a los enfermos. Este es otro capítulo muy bien realizado por parte de algunos reli– giosos con una dedicación total. Muchas eran las familias que en este

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