BCCCAP00000000000000000001343

122 PRESENCIA NUEVA (1929-1998) 4. ESTILO DE VIDA DE LOS CAPUCHINOS. A la primera comunidad de capuchinos formada por el P. Ignacio de Pamplona, Fray Ignacio de Yaben, Fray Estanislao de Bulada y P. Cris– tóbal de Eraul, muy pronto se fueron añadiendo el P. Germán de Pamplona, el P. Serafín de Tolosa y Fray Ambrosio de Elcano. Y meses más tarde, llegaron el P. Víctor de Legarda y Fray Lorenzo de Híjar. Los capuchinos no habían regresado a Zaragoza primo:dialmente para realizar grandes obras apostólicas, sino especialmente para hacer presente con radicalidad y con su testimonio de vida, en medio de un barrio marginado, su vocación capuchina de seguir a un Cristo p::ibre y humilde, al estilo de Francisco de Asís. Por eso, la nueva comunidad comenzó su andadura espiritual siendo fieles a la legislación capuchina, que en aquella época anterior a la reforma del Concilio Vaticano II, todavía se mantenía con unos rasgos fuertes de vida contemplativa, pobreza y vida fraterna, au:teridad y peni– tencia, sin olvidar el compromiso de evangelizar al puebk). Todo esto se concretaba a través de un horario marcado por el "Manual Seráfico", en el que se señalaban los siguientes actos de comunidad: - A media noche: Rezo de maitines y Laudes. - Comienzo del día con unas preces comunitarias y una hora de meditación. - Después de la meditación, se reza las Horas litúrgicas de Prima y Tercia y a continuación, la Misa conventual, a la cual asisten tocos. - Antes de la comida, las Horas litúrgicas de Sexta y Nona. - Después de la comida, visita al Santísimo y tiempo de recreación ydescanso. - A la tarde, también hay otro tiempo de oración: Rezo de vísperas, rosario y una hora de meditación personal. - Al final de la jornada: Cena, recreo, preces de la noche, examen de conciencia y descanso.(2) Todos se esforzaban en participar en estos actos comunitarios que tanto les ayudaba a crecer en el amor a Dios y en vivir mejor la f:atemidad. Junto a esta vida de oración y contemplación, había otro rasgo esen– cial en los capuchinos: La pobreza y austeridad en su f.:xma de vivir, como expresión de amor a Cristo pobre y crucificado. Los religiosos llevaban una vida austera y penitente que se expresaba en sus sencillas y estrechas habitaciones, en la observancia de las tres cuare'ómas de ayuno y abstinencias que practicaban según las Constituciones, en los maitines a medianoche interrumpiendo el sueño, y en todo su port~ exterior: Sus largas y descuidadas barbas; su hábito pardo ceñido con el blanco cordón; < 2 > «MANUAL SERAFICO» de los Capuchinos de España, Madrid, 1948, pág, 9-25.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz