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FRATERNIDAD DE SAN FRANCISCO DE ASIS (1929) 117 mente el Venerable P. Esteban de Adoáin en 1897. No obstante, la restaura– ción tuvo más éxito en Navarra y pronto se pensó en extenderse por Aragón, donde se guardaba la memoria de esta gloriosa provincia capuchina, con sus 19 conventos, que habían desaparecido. La primera fundación en tierra aragonesa se llevó a efecto en la pobla– ción de Híjar. El 5 de diciembre de 1902 el P. General de los capuchinos expedía la autorización para fundar en este pueblo del Bajo Aragón. Los capuchinos navarros sintieron con el paso de los años la nece– sidad de conseguir su entrada en Zaragoza. Las primeras gestiones comen– zaron en 1924. El Superior Provincial, P. Ildefonso de Ciáurriz, comienza a cartearse con el Obispo de Huesca, el agustino Fray Mateo Colom y Canals, exponiéndole sus proyectos. El día 4 de marzo de 1924 pedía autorización para fundar una residencia en el término de la Parroquia de Santa Engracia, obteniendo a los dos días el beneplácito del Prelado de Huesca. La fundación comprendería dos casas, una en el casco de la ciudad y otra en alguno de los barrios. Sin embargo, surgieron dificul– tades serias que impidieron su realización, ya que varias Ordenes Reli– giosas pretendían fundar en Zaragoza. Al año siguiente, el nuevo Arzobispo de Zaragoza, D. Rigoberto Domenech, encontró menos dificultad para que se fundara en los subur– bios, donde apenas había asistencia religiosa, pero se veía difícil fundar en el centro por la pretensión de otras Ordenes y el perjuicio que podría seguirse para el clero secular. Tras dos años de espera, el Arzobispo cambió de actitud y el 24 de abril de 1927 manifestó que no había inconveniente en que se fundase ya en el barrio de Venecia, en Torrero, contando con la autorización del Obispo de Huesca. Ante esta decisión, todo se puso en marcha. La autorización de la Santa Sede fue comunicada por el Sr. Nuncio con fecha de 19 de julio del mismo año para fundar dentro de la Parroquia de Santa Engracia, "allí donde señalaren los dos señores Obispos interesados en el asunto". El permiso del Obispo de Huesca fue muy generoso ya que lo extendía a otra ulterior fundación más al interior de Zaragoza, una vez realizado en menores proporciones el proyecto del barrio de Venecia.< 1 l El "Libro de Crónicas" de esta Fraternidad de San Francisco comienza con esta buena noticia: "El 10 de enero de 1928 llegaron a Zaragoza los dos religiosos destinados a la fundación: El P. Ignacio de Pamplona, recién vuelto de la misión Chile-Argentina, y el hermano Fray Severo de Satrústegui". Ol «FECUNDA PARENS» Pamplona, 1951 Ed. Verdad y Caridad, pág. 102.
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