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70 CONVENTO DE ALCAÑ IZ Con las limosnas que les daban por las aldeas y pueblos cercanos a Alcañiz, los religiosos construyeron una pobre y humilde residencia. Don Miguel Simón, famoso teólogo y Visitador General de la Diócesis y Canónigo de la Colegiata de Santa Maria de Alcañiz, les brindó a los capuchinos una sincera amistad. Adqui– rió una huerta contigua al convento y la regaló a la comunidad. "En 1628, otro eclesiástico, beneficiado de la Colegiata, Don Pedro Secanella, atraído por las referencias de su compañero Simón, entusiasmado por las priva– ciones de los capuchinos, mandó construir la iglesia, puso retablos decorosos, hizo coro de la librería, compró ornamentos; en suma, de su peculio gastó más de 4.000 escudos en beneficio del nuevo convento. Como premio a su liberali– dad, recibió el título de patrón y fundador de la casa de Alcañiz. A su muerte, fue sepultado dentro del templo". 1 1J El titular del Convento era la Virgen del Pilar. Ytodos conocían popularmente a los religiosos con el nombre de "Los Capuchinos de la Virgen del Pilar». 2. Descripción del convento e iglesia Para tener una idea más exacta del convento de los capuchinos de Alcañiz, reproducimos la descripción que hace Pedro Juan Zapater, autor de La Tesore– ra:121 "Está situado como a dos tiros de mosquete de la ciudad, al poniente, en el recuesto oriental de un montecillo lleno de pinos donceles. A la entrada tiene una plazuela con dos calles a cuatro rengleras de cipreses. "La iglesia es de mampostería ... en cuyo frontispicio o fachada, sobre la puerta, aparece el escudo de las armas de los Secanellas, sus patronos y funda– dores. Dedicada a Nuestra Señora del Pilar, en el retablo mayor se encuentra un famoso lienzo de pincel, alusivo a la aparición de la Virgen. "Junto al convento, por la parte del poniente, hay un pedazo de monte cerca– do de tapias, con muchas calles de cipreses muy vistosos, que sirve de recrea– ción y deporte a los padres; y en medio, como corona de todo, existe una ermi– ta dedicada a la pureza de María, con su retablo y lámpara, que luce siempre. El lienzo representa a la Concepción, cuyos virginales cabellos en hermoso desaliño agracian mucho. Está de pie, en un trono de nubes, estrujando con su l. Eduardo Jesús Taboada Cabañero, "Mesa Redonda. Apuntes de Alcañiz", 2ª Ed., Alcañiz, 1969, Pág. 113. 2. Pedro Juan Zapater, "La Tesorera". Año 1704_. Tomo 9ª. El autor era notario de Alcañiz y secre– tario de dicha ciudad. Sus crónicas son muy valiosas históricamente y de ellas tenemos muchas noticias del Convento de los Capuchinos de Alcañiz, que merecen la pena recordar y publicar.

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