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54 CONVENTO DE CASPE tan fatal y sangrienta como la de la Sucesión. Don Mariano Valimaña las descri– be con todo detalle. "En esos ocho días se hicieron dos comedias, dances, corridas de toros y bailes públicos con su música cada día; por la noche hubo cuetes con varias invenciones de fuego, y hogares por las calles, en que se alegraban y divertían las gentes ... En todo el octavario se celebró Misa Solemne y los oradores fueron los mejo– res que se hallaron. El primer día de estas fiestas hubo procesión general por la mañana, que por razón del mucho concurso se dispuso saliera de la Parroquia y fuera a parar al Convento. Asistieron a ella todas las Comunidades con un inmenso concurso de gentes, así del pueblo como forasteros, y todos llevaban velas y cirios en las manos. Los primeros que rompieron la procesión eran los clarines del Regimiento de Caballería de Oribe, a quienes seguían los danzantes con su música, y tras estos, los estandartes de las Cofradías y los mozos con hachas encendidas. Seguían a continua– ción las Comunidades Religiosas, y en medio iba el pendón de San Félix, hermosísimo a la verdad, que llevaba el limo. Sr. D. Josef Oribe, Coronel del Regimiento, acompaña– do de toda la oficialidad vestida de gala. Alas Comunidades seguían los señores Bene– ficiados y Sanjuanistas, todos con capas blancas. Llevaban la peana del Santo cuatro eclesiásticos con albas y manípulos, y delante de la peana iba la Capilla de los músicos y cantores, entonando su Himno de trecho en trecho. Tras el Santo iba el terno con presidencia del Sr. Prior de San Juan. Cerraba por fin la procesión el muy Ilustre Ayun– tamiento de la villa, al cual seguían las mujeres perfectamente ordenadas".C 41 4. Visita del Beato Diego José de Cádiz En enero de 1787 pasó por esta villa el Bto. Diego José de Cádiz, religioso capuchino. Estuvo antes en Zaragoza y para ir a Cataluña, bajó por Albalate, Alcañiz y Caspe. «La virtud y santidad de este hombre era la admiración de todos, ricos y pobres, grandes y plebeyos». Permaneció dos días en Caspe, predicando en la iglesia parroquial y en la plaza mayor, sobre un balcón de hierro que corría toda la frontera de una casa de D. Luis Latorre, sobre los porches. Al Monasterio de las Capuchinas les dejó como recuerdo un pequeño crucifijo, que todavía lo con– servan como reliquia. Salió de aquí para Mequinenza la mañana del día 19, y por visitar a nuestra Patrona Santa María Magdalena, se fue por la barca a pernoctar en la Santa. Eran las ocho o algo más de la mañana cuando, estando en oración el P. Diego en la 4. Mariano Valimaña, o.e. Pág. 151-152.

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