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46 CONVENTO DE HUESCA Misionistas, o predicadores de Misiones, que han recorrido muchas veces toda la Diócesis sembrando la Palabra divina con mucha satisfacción de los Prelados, y notable reforma de los pueblos"_l1 1 l • Caridad con los apestados El Convento de Huesca no sufrió el desgaste de las guerras como otros de la región aragonesa, sin embargo, los Capuchinos tuvieron la oportunidad de manifestar su heroicidad con motivo de la peste que el 15 de septiembre de 1651 asoló la ciudad. Los Capuchinos «tomaron a su cargo la asistencia espiritual y temporal de los apestados, y en pocos meses murieron nueve religiosos víctimas de la caridad, heridos de contagio». La ciudad, agradecida a los servicios de los capuchinos, el 27 de enero de 1692 les concedió el usufructo de la poda de los árboles que habían plantado o que en adelante se plantaran en la carretera desde el convento al puente de lsue– la_l12l 7. Capuchinos célebres de Huesca Entre los Capuchinos más célebres que habitaron el Convento de Huesca está el Venerable Fray Francisco de Daroca, nacido en Valdeorna, pequeña población próxima a Daroca, que durante cinco años ejerció el oficio de portero. Murió con fama de santidad el 22 de diciembre de 1607, obrando después de su muerte más de 30 milagros. Las reliquias del cuerpo del Vble. Fray Francisco se encontraban dentro de una arquilla que mandó hacer don Sebastián Panzano, en agradecimiento a una curación; y estaba colocada en la capilla de la Virgen de Clemencia, pero por temor a que pudiese ser profanada por las tropas francesas en 1808, se depositó en el Palacio Episcopal. En la guerra de 1936, un bombardeo alcanzó el palacio y la arqueta quedó sepultada en los escombros, de los que fue extraída sin que sufriera nada el contenido de la misma. La ciudad de Huesca dio a la Orden Capuchina 29 religiosos. De entre ellos destacan dos figuras. El padre Lorenzo de Huesca ingresó en la Orden en la Pro– vincia romana. Vino a Cataluña en 1578. Fue muchas veces Guardián y maestro de novicios. Promovió la devoción a Nuestra Señora de la Pobreza, declarándola patrona del noviciado. Se distinguió por su amor a la Virgen y fue modelo de todas las virtudes. Murió con fama de santidad el 19 de abril de 1591, en Barcelo- 11. Ramón de Huesca, o. c. Pág. 82. 12. Ramón de Huesca, o. c. Pág. 82.