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LOS CONVENTOS CAPUCHINOS DE ARAGÓN 43 3. Detalles de la iglesia Nos da detalles de la iglesia el padre Ramón de Huesca, cuando escribe: «La Iglesia es pobre, pero muy aseada. A súplica de los Capuchinos se dedicó a San Orencio, Obispo de Aux, que siendo natural de esta ciudad, no tenía iglesia pro– pia. El lienzo del altar mayor presenta la imagen del Santo Obispo y las de los otros Santos, hijos de Huesca, y al padre San Francisco de rodillas en ademán de orar y pedir por sus hijos. «Venérase en esta iglesia una Imagen de Nuestra Señora de exquisito pincel, en extremo agradable y majestuosa, con el título de Virgen de Clemencia. Está al natural, sentada en trono real sobre un taburete de color oscuro y almohadón de brocado; ciñe su cabeza una corona toda guarnecida de perlas y otras piedras preciosas. La trajo de Roma D. Pedro de Zayas, Canónico de Montearagón, quien la dio al Convento de Capuchinos de Huesca luego que se fundó, colocándola a sus expensas en la capilla más inmediata a la puerta, entrando a la izquierda». Al principio se llamaba Santa María la mayor, pero luego, el pueblo, obligados por los continuos favores y gracias que recibía de esta soberana Señora, le dio por aclamación general el título de Virgen de Clemencia, que es el único que ahora tiene.i• 1 El historiador carmelita P. Roberto Faci describe esta Virgen tan popular con múltiples detalles. He aquí algunos: "La santa imagen tiene en lo alto seis palmos y medio y en lo ancho cinco ... Sus ojos son tan bellos, como suyos, y mirando a todos con su piedad, ha hecho con ellos Nuestra Señora admirables conversio– nes ... La túnica de Nuestra Señora es de nácar, refaldadas las mangas hasta los codos con mucha gracia ... Tiene el Niño Jesús en su regazo, tan hermoso, que no se puede decir su belleza".. _rsi Escribe Luis Mur Ventura que "el 13 de noviembre de 1798, el benemérito Capuchino Ramón Pérez, más conocido por el Padre Huesca, en vista de la devo– ción que la ciudad de Huesca tenía a la Virgen de Clemencia, que se veneraba en su convento, mandó obtener un grabado de la misma para editar estampas y repartirlas entre los fieles. El propio Padre Ramón de Huesca solicitó y obtuvo de los Arzobispos y Obispos de Aragón, la concesión de las numerosas indulgen– cias que figuran al pie del grabado, uno de cuyos ejemplares, quizás el único, se conserva en la «Torre de Capuchinos».r 61 El historiador Francisco Diego de Aynsa, hijo y ciudadano de Huesca, añade otros detalles. "La Iglesia es buena, proporcionada y lisa, cual acostumbran tener- 4. Ramón de Huesca, o. c. Pág. 77-79. 5. Roberto Faci, Aragón, reino de Cristo y dote de María Santísima, Zaragoza, 1739. Pág.120-121. 6. Luis Mur Ventura, Efemérides oscenses, o.e. Pág. 404.

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