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24 CONVENTO DE SAN JUAN BAUTISTA DE ZARAGOZA en el hospital del Convento de Capuchinos fueron enterrados en el cementerio de los frailes y en la inmensa huerta que poseían.1ª 1 6. Actividades pastorales de los capuchinos Según el censo que se hizo en 1723 sobre la ciudad de Zaragoza, el Conven– to de Capuchinos contaba con 40 religiosos y 20 pelaires. Por lo cual se deduce que los Capuchinos tenían instalada una pequeña industria textil. La profesión de pelaire destaca como la más representativa entre las que se ocupan de la lana. El oficio consistía en cardar la lana, dejándola limpia. La ciudad de Zaragoza se vio conmovida por la predicación de un célebre y santo capuchino, el Beato Diego José de Cádiz. La misión duró del 16 de noviem– bre al 21 de diciembre de 1786. Predicó con gran fervor en la Capilla del Pilar. En una de sus cartas, dice el Bto. Diego: «La noche del 24 al 25 de diciembre estuve toda la noche orando en la Capilla del Pilar, con autorización para besar la mano de la Santísima Virgen. Por la mañana, a las cinco, celebré la misa en la santa capilla con singular fervor». 7. El convento convertido en fortaleza para defender Zaragoza Uno de los momentos más difíciles para el Convento Capuchino fue cuando estalló la Guerra de la Independencia en 1808. El convento se convirtió en «fuer– te» por su posición estratégica para defender la ciudad. La Aljafería y los conven– tos de Capuchinos y San José defendían la ciudad por las zonas noroeste, sur y sureste respectivamente. En el Diario de Casamayor sobre «los Sitios de Zarago– za", aparecen estas breves noticias sobre los Capuchinos: - 9 de junio de 1808: «De orden de S. E. estuvieron los Dominicos, Francisca– nos y Capuchinos haciendo cartuchos todo el día en la casa de la Misericordia, pasando de 3.000 los que hicieron en todo él». - 15 de junio de 1808: «Al pie del convento de Capuchinos, en los olivares y en los huertos, nuestros infantes viéronse detenidos, puestos en jaque y, por fin, rechazados». - 10 de julio de 1808: «Esta noche pasada tiraron los enemigos algunas gra– nadas, pero sin causar daño, y por la mañana hubo algún tiroteo, habiéndose introducido algunos en el Convento de Capuchinos en donde ejecutaron sus acostumbradas piraterías ...» "Por la tarde incendiaron el convento de Capuchinos, cuyos religiosos sacaron el Santísimo y ornamentos y se vinieron al colegio de San Pedro Nolasco, cau- 8. Autores Varios, "Aragón en su historia", Zaragoza, 1980, Págs. 304-305.