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210 CONVENTO DE EJEA DE LOS CABALLEROS asunto, a fin de que desde Roma se tomara la resolución que se juzgara más con– veniente.. Y la solución dada por nuestros Superiores Generales ha sido decretar el aban– dono de esa fundación, después de haber obtenido. para ello la debida autorización de la Santa Sede. Al comunicarle esta grave determinación de nuestros Superiores Generales, que, como puede suponer, es irrevocable, y por la que nos es forzoso disolver esa comuni– dad, que jurídicamenteya no existe, permítame que, a fin de evitar las torcidas inter– pretaciones que pudieran darse a nuestra salida, hagamos las siguientes declaraciones: 7. Al ausentarse de Ejea los Padres Capuchinos, no sólo no tienen que formular alguna queja o lamentar algún agravio, sino que están en el deber de proclamar que durante los seis años de permanencia en esa villa, no han recibido, tanto de las dignas autoridades que hoy rigen sus destinos, como de los particulares, sino aten– ciones y delicadezas, a las que están y estarán siempre sinceramente agradecidos. 2. Si la Orden Capuchina no se decide a aceptar la cesión de los edificios del antiguo convento de Capuchinos con las finalidades acordadas por el Ayuntamien– to de la villa, no es porque no los mire con simpatía, sino sencillamente porque no quiere empeñar su palabra en compromisos de enseñanza, que si ya hoy son difíci– les de cumplir decorosamente con el personal disponible, podrían el día de maña– na, con el cambio de las personas o circunstancias, poner en serio peligro la estabi– lidad misma de la fundación. Asl con nuestra retirada, queda clara la situación, y el Ayuntamiento en plena libertad para buscar otras soluciones al problema de la enseñanza. Doloroso es para quienes han convivido en buena armonía, luchando, aunque con distintas armas, en el mismo campo de combate y al servicio de la misma causa, separarse quizás para siempre. También nosotros, ¿por qué no decirlo?, sen– timos íntimamente la separación y alejamiento de esa querida villa, donde, sobre todo, el ministerio de las almas ha forjado indestructibles lazos de amistad; pero empujados a otro campo de apostolado, por la voluntad de Dios, reflejada en las órdenes de nuestros Superiores, tendremos para todos Vds. el más vivo afecto en nuestros corazones y el más fervoroso recuerdo en nuestra oración. Con estos sentimientos se despide de usted y en usted de todo el Ayuntamiento y aun de toda la villa, su afectísimo amigo!'!. Fray Ricardo de Lizaso, Ministro Provincial Ante esta noticia, la conmoción del vecindario de Ejea fue inmensa. Hubo lágrimas, ruegos, colectas y protestas. Se llenaron pliegos de firmas, pero nada 3. Boletín Oficial de la Provincia Capuchina, Vol. 111, nº 13, febrero de 1948, Pág. 19.

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