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184 CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS EN ZARAGOZA • El Mensajero de San Antonio. Otra iniciativa cultural y evangeliza– dora que nació a los pies de esta capilla fue "El Mensajero de San Antonio". Cua– tro meses después de la presencia de los capuchinos en Torrero, abre sus páginas la revista "El Mensajero de San Antonio". Era el 7 de noviembre de 1929. Parece que fue inspiración del santo al P. Ignacio de Pamplona, Supe– rior y escritor. Apareció el primer núme– ro como una hojita humilde y pobre, el 13 de enero de 1930. Después fue saliendo puntualmente el 13 de cada mes. El P. Víctor de Legarda se hizo cargo de ella, presentándola con un acopio de P. Vídor de Legarda, primer diredor de la historietas, anécdotas, refranes y men- rensta «El Mensajero de San Antonio». sajes que la hacían muy amena. Duran- te casi cuarenta años estuvo trabajando el P. Víctor en su elaboración y publica– ción mensual recibiendo como premio humano la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio. En esta empresa colaboró activamente el santo hermano capuchino Fray Estanislao de Burlada, figura diminuta y recogida, admirada y querida por todos los zaragozanos, que día tras día, en verano y en invierno, recorría las casas repartiendo con gozo la revista. Con la construcción de la nueva iglesia, El mensajero de San Antonio cambió de lugar e instaló sus oficinas en el Santuario. 8. Época de conflictos políticos Al poco tiempo de llegar los capuchinos a este barrio de Torrero y en el momento en que con mayor ilusión estaban trabajando en los variados ministe– rios y asociaciones que acabamos de describir, dos acontecimientos políticos estallaron en España, frenando sus ideales: La Segunda República y la Guerra civil. Al proclamarse la República en abril de 1931, la multitud enardecida lanzaba gritos de odio contra la gente de la Iglesia. Muchos religiosos y religiosas de otras Congregaciones, temiendo por sus vidas, abandonaban sus conventos. El cronista de esta Fraternidad capuchina dice que la noche del 12 al 13 de abril, un grupo de mozalbetes comenzaron a apedrear la residencia de los capuchinos,