BCCCAP00000000000000000001342
LOS CONVENTOS CAPUCHINOS DE ARAGÓN 179 Jesucristo, de su divina Madre la Virgen María, del humilde heraldo del gran Rey, San Francisco de Asís y del taumaturgo franciscano San Antonio de Padua». Con el fin de acelerar las obras, al número de los obreros se añadieron tres capuchinos: Fray Serafín de Barbarin, albañil; Fray Bernardo de Ciriza y Fray Casiano de Madoz, carpinteros, los cuales dieron en el barrio una buena lección del auténtico espíritu franciscano. A los diez meses quedaba terminado el edificio de dos plantas y sótano, con líneas ornamentales de estilo gótico sencillo. Esta era la primera parte de la obra. La capilla medía 24 metros de largo por siete de ancho y cinco de alto. Todo el edificio ocupaba 880 metros. Esta distribución inadecuada y provisional del terre– no hizo que la residencia de los religiosos careciera de una mínima comodidad. El 12 de junio de 1929 comenzó la fiesta de inauguración. Los capuchinos se trasladaron muy de mañana de la casa que habitaban en Vía Pignatelli 11 a la nueva residencia de la Avda. América 8. En la capilla entronizaron la hermosa imagen de San Antonio de Padua, donación de la Sra. Marquesa de Echandía. Yal atardecer se realizó el traslado del Santísimo desde la capilla de doña Rosario a la nueva, dedicada a San Antonio durante muchos años. En este acto estuvieron presentes: El Sr. Obispo de Huesca, que portaba el Santísimo; el P. lldefonso de Ciáurriz, Superior Provincial de los capuchinos, y todo el Consejo. Una multitud de gente del barrio y la ciudad se unieron a esta procesión con el Santísimo, mientras solemnizaba el acto la Banda Provincial diri– gida por el maestro D. Ramón Borobia. Un piquete de Caballería del vecino cuar– tel de Castillejos cerraba la marcha. Al día siguiente, 13 de junio, se celebró la primera fiesta en honor de San Antonio, con la participación de numeroso público. El Arzobispo de Zaragoza, D. Rigoberto Doménech celebró una de las misas, y el P. lldefonso de Ciáurriz, Supe– rior Provincial, presidió la misa mayor, cantada por el coro de niños de las Escue– las de la Doctrina Cristiana, dirigidos por el hermano Samuel y acompañados por el P. Cristóbal de Eraul. Por la tarde comenzó la novena en honor a San Antonio, que fue predicada por el P. Gabriel de San Sebastián. La devoción a este gran santo ya estaba muy arraigada en Zaragoza y los fieles acudían con fe a venerar el San Antonio del Pilar, el de la parroquia de San Gil y el de la iglesia de los fran– ciscanos del barrio de Jesús. No obstante, la presencia de los capuchinos sirvió para darle un mayor esplendor. 4. Estilo de vida de los capuchinos A la primera comunidad de capuchinos formada por el P. Ignacio de Pamplo– na, Fray Ignacio de Yaben, Fray Estanislao de Burlada y P. Cristóbal de Eraul, muy pronto se fueron añadiendo el P. Germán de Pamplona, el P. Serafín de Tolosa y
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz