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LOS CONVENTOS CAPUCHINOS DE ARAGÓN 177 Al año siguiente, el nuevo Arzobispo de Zaragoza, D. Rigoberto Dornénech, encontró menos dificultad para que se fundara en los suburbios, donde apenas había asistencia religiosa, pero se veía difícil fundar en el centro por la pretensión de otras Ordenes y el perjuicio que podría seguirse para el clero secular. Tras dos años de espera, el Arzobispo cambió de actitud y el 24 de abril de 1927 manifestó que no había inconveniente en que se fundase ya en el barrio de Venecia, en Torrero, contando con la autorización del Obispo de Huesca. Ante esta decisión, todo se puso en marcha. La autorización de la Santa Sede fue comunicada por el Sr. Nuncio con fecha de 19 de julio del mismo año para fundar dentro de la Parroquia de Santa Engracia, "allí donde señalaren los dos señores Obispos interesados en el asunto'~ El permiso del Obispo de Huesca fue muy generoso ya que lo extendía a otra ulterior fundación más al interior de Zaragoza, una vez realizado en menores proporciones el proyecto del barrio de Venecia.'1 1 El "Libro de Crónicas" de esta Fraternidad de San Francisco comienza con esta buena noticia: "El 10 de enero de 7928 llegaron a Zaragoza los dos religiosos des– tinados a la fundación: El P. Ignacio de Pamplona, recién vuelto de la misión Chile– Argentina, y el hermano Fray Severo de Satrústegui". El P. Ignacio fue muy bien recibido tanto por el Arzobispo de Zaragoza corno por el párroco de Santa Engracia, quien le invitó a predicar todos los domingos en la misa última de su parroquia. Los religiosos encontraron un domicilio provisional en la casa de doña Rosa– rio Pou, viuda de Górnez, quien además puso a su disposición una capilla, con privilegio de oratorio público, que poseía en su fábrica "Zaragoza Industrial". El día 2 de febrero, con asistencia del P. lldefonso de Ciáurriz, se inauguraron con solemnidad los actos de culto en esta capilla de la fábrica. 3. Construcción de la capilla y residencia A los dos primeros religiosos se fueron añadiendo Fray Estanislao de Burlada, Fray Ignacio de Yaben y el P. Cristóbal de Eraul; y poco después, Germán de Pam– plona, que cursaba estudios universitarios en Zaragoza. Mediante la ayuda y orientación de don Pedro Luna, los capuchinos compra– ron cinco parcelas, que sumaban en total 1.149 metros cuadrados y otras dos de 580 metros cuadrados. Este amplio solar situado entre la Avenida América, calle Royo (hoy Venecia) y calle Checa, fue elegido para la construcción de la capilla y residencia. l. "Fecunda Parens", Pamplona 1951, Pág. 102.

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