BCCCAP00000000000000000001342
148 CONVENTO DE COGULLADA nave que obedece a la disposición pri– mitiva de conservar una capilla para la Cofradía. Por esta nave se accede a la cripta donde tenia lugar el enterramien– to de los cofrades. En la iglesia se conserva un coro sencillo donde los capuchinos rezaban día y noche la Liturgia de las Horas y contemplaban los misterios del Señor. Los cofrades en su afán de enriquecer cuanto se relacionara con la Virgen, una vez construida esta nueva iglesia, pen– saron en suplir el retablo del altar mayor por otro más acorde con el actual templo de estilo barroco. Todavía desconocemos la dimen– sión y el contenido del retablo donado por el licenciado don Tomás Zaumada, presbítero, racionero que fue de La Seo, Iglesia del convento capuchino de Cogullada. y a cuya posterior mejora y embellecimiento contribuyó el también racionero y cofrade Don Agapito Andreu. Podemos afirmar que fue barroco y en madera, ya que fue dorado y estofado por el pintor y dorador Pedro de Altarriba, en torno a 1669. Ya en el siglo XVIII se enriqueció el presbiterio de la iglesia con dos cuadros pintados por Miguel Jerónimo Lonevi en el año 1744, cuyos marcos hizo el maestro carpintero José Valero, encargándose el dorado de los mismos a Juan Casado. La Cofradía de la Cogullada pagó por los lienzos 48 libras jaquesas, según consta en el recibo y libro de la Cofradía.c 41 Aunque la aparición milagrosa de Ntra. Sra. de Cogullada se remonta al siglo VII, sin embargo la imagen que preside esta iglesia indudablemente no es de ese siglo. Al no tener una fuente documental sobre su origen, nos limitamos a hacer una descripción de la misma. Se trata de una pequeña imagen en madera de roble. La Virgen sostiene en su brazo derecho a su Hijo, al que dedi– ca una mirada de ternura. Su rostro es ovalado y a modo de corona lleva como una ancha cinta o diadema, de la cual se desprende una ondulante y hermosa cabellera que cae sobre sus hombros, que nos hace recordar la iconografía mariana del arte flamenco. Va vestida con una túnica y cubierta con una capa 4. Vicente González Hernández, o. c. Pág. 136.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz