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132 CONVENTO DE ALBALATE DEL ARZOBISPO -Séptimo: Que siempre que seamos llamados a las Procesiones Generales, ha de ir la Comunidad, y si lleva Cruz, ha de ir delante de la cruz de la parroquia. -Octavo: Que en ningún tiempo podamos hacer procesión por las calles, sin consentimiento del Vicario y Beneficiados, sino de Rogativa" 111 • Algunas de estas cláusulas resultaron duras y difíciles de cumplir, por lo cual hubo algunos roces entre los Capuchinos y el Capítulo Eclesiástico de la villa. El convento e iglesia se edificaron a las afueras de la villa, siguiendo las nor– mas de la legislación capuchina. Todavía se puede ver la iglesia, que mantiene un estilo arquitectónico muy semejante a nuestras antiguas iglesias de los conventos capuchinos de Pamplo– na-Extramuros o de Tudela. Detalles de la iglesia: Altar mayor, seis capillas laterales, púlpito y coro. "El 9 de noviembre de 1642 murió María Palos, mujer de Bartolomé Montes, y en otras cosas de su testamento, se lee en lee en la partida de defunción, folio 765 del tomo I de los Cinco Libros: "Dejo de limosna a los Padres Capuchinos de esta villa dos mil sueldos, para un sagrario de su iglesia'~ De este detalle se deduce que ya en el año 1642, la iglesia de dicho convento, estaba acabada. El tal sagrario construido con la referida manda, es el que hoy tenemos en el altar mayor de la Parroquia",1 21 El año 1732 se dio principio a la construcción del pórtico de la iglesia a ins– tancia y voluntad de varios vecinos de Albalate, quejosos de no haberse hecho cuando se finalizó el convento. Tanto la villa como los vecinos colaboraron gra– tuitamente con material y manos de obra. A unos 14 pasos del pórtico, estaba una Cruz de madera que daba a los fieles un tono de ambiente religioso y de lugar sagrado. El año 1794 se produjo en la iglesia una renovación importante. El matrimo– nio Juan Guiral y Dña María Antonia Val costearon la construcción de un nuevo Altar Mayor. El primitivo, que era de muy buen gusto y aspecto, fue trasladado a la iglesia de san José de esta villa, y se colocó en el sitio inmediato a su altar mayor, a mano izquierda. 131 Los documentos parroquiales de los siglos XVII y XVIII están llenos de datos que acreditan el gran afecto, que al pueblo de Albalate entero inspiraban los Reli- 1. Vicente Bardavíu Ponz, Historia de la antiquísima villa de Albalate del Arzobispo, Zaragoza, 1914. Pág. 653-654. (Vicente Bardavíu, licenciado en filosofía y letras, antiguo profesor del Seminario de Zaragoza, fue párroco de Albalate y escribió esta Historia, basándose en docu– mentos del archivo parroquial y municipal, muchos desaparecidos por las guerras). 2. Vicente Bardavíu, "Historia de la villa de Albalate", o.e. Pág. 225. 3. Vicente Bardavíu, o. c. Pág. 664.

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