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a) Regla de san Agustín. El gran Padre de la Iglesia escribió varias obras referentes al monaquismo 020), de las que sólo dos nos interesan: la.carta doscientas once y la llamada Regla de su nombre; Aquella, di- . rígida a un monasterio de religiosas que él había fundado, con– tiene en su segunda parte una serie de prescripciones aptas para la vida de entrega perfecta a. Dios y son idénticas a .las de la Regla. .. . . . Prescindiendo de· discusiones sin importanc,ta a la finalidad que perseguimos ( 121 ), la Regula ad servos Dei GÓmerizó a di– fundirse en el siglo XI, militando después bajo la misma muchas religiones posteriores 022). . Su terminología carece de fuerza. No ~s de ~xtrañ,ar, dada su característica de remedo servil de una carta. Aduce bastantes presentes de subjuntivo, que corresponden a los preceptos eqúi– polentes de la Regla Franciscana 023). No tiene ningún teneri con el significado de estar obligado. Una sola vez se encuentra el verbo praecipere ( 124) y varias la forma' iusserit, pero refi~ riéndose a los mandatos del superior. Sus expresiones son, por lo tanto, mucho más suaves que láS correspondientes de la legislación de san Francisco. b) Regla de san Benito. La Regla del Patriarca del monacato 'occidental es más per– feéta y amplia que la anterior. Consta de setenta y'ti:es capítulos, precedidos de un prólogo 025). Era la más difundida en los siglos XII y XIII. . Se encuentran en ella las palabras praecipere, praecé¡)tum en· unas veinte ocasiones : .cinco se refieren al praeceptum Do– mini 026); seis, con certeza al precepto del abad 027), a las' (120) Por ejemplo, los sermones 355 y 1156 (PL 39,1568-1574 y 1574-1581); el opt'.i~culo De opere monachorum (PL 40,547-582). (121) La disputa principal versa sobre cuál de estos dos opúsculos escribió san Agustín. Casi todos defienden la prioridad de la carta; en lo que reina mayor desacuen:lo es en indicar e, tiempo de la redacción de la Regula ad servos Dei. Hasta hace algunos años se creía que se había escrito en los siglos XI o XII. Hoy ae va adelantando la fecll.a Y llegan algunos, como VEGA a.c., a defender que la acomodación la hizo el mismo Santo. Sobre esta cuestión cfr. MAZON, o.e., p.56s, (122) Usamos la edición de DE BRUYNE D., O.S.B., La premiere Regl't: de saint Benoit, er: Revue Bénédictine 42(1930),316-342. · (123) Por ejemplo: « Carnero vestram· domate ieiuniis et abstinentia escae et potus quantum va!etudo permittit » (p.321, n.8); « Nec eant ad balneas sive quocumque ire necesse tuerit minus quam duo vel tres» (p.324, n.13). ... . (124) Dice en su comienzo: « Haec sunt quae ut observetis praecipimus in monasterio constituti:, (p.320). · . . . · . , (125) Hace algunos afios era recqnocida por todos la ori~inalidad de la .:Regfa .de san Benito. u:timamente han c1,menzado las discusiones. Para aigunos ·1a legislacion bené– dictina se habría inspirado en la llamada Regula JVIagistri. , -reorias y bibliografía en MAZON, o.e., p.47-50. Para el texto nos Sl)rvimos de la edición criti;cá. de BUTLER c., O,S.B., Sancti Benedicti Regula Monachorum, Friburgi Brisgoviae, 1ai2, 026) Reoula Monacñorum, c.2, p,12; c.4. p.23; c,7, p,34; c,23; p;9¡¡, .. 027) Ibídem, c:4, p.23; c.21, p.63; c.51, p;89; c.54, p.9li; c.62, p,108; c.70, p,120,, 65,
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