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Más aún, lo mismo se debe afirmar de la Regla Bulada en los capítulos primero y segundo en las frases correspondientes a las cit9,das poco ha de la Regla l. Con todo, la terminología del Santo no es uniforme, como se comprueba por el texto le– gislativo. Termina la norma de vida de 1223 mandando que se pida al Sumo Pontífice un Cardenai, que desempeñe el ofici.o de gobernador, protectory corrector de la fraternidad, para que siempre súbditos de la Iglesia y firmes en la fe católica,« pauper– tatern et humfütatem et sanctum evangelium Dornini nostri lesu Christi, quod firmiter promisimus, observernus » ( 115 ). Los franciscanos no hacen voto de observar el evangelio, antes les obliga, a ellos como a los restantes religiosos ( 116 ). Es claro, pues, que el verbo promittere ti.ene también en Ia Regla el significado de simple promesa y que, por lo tanto, ninguna afirmación cierta se desprende de la frase « promittentes vitam i.stam semper et Regulam observare ». A idéntica conclusión se llega substancialmente admitiendo que en el capítulo doce establece san Francisco un verdadero voto de observar el ev,angelio, pero sólo en lo re:[erente a la obe– diencia, a la pobreza y a la castidad. El mi,smo raciocinio podría emitirse en la cláusula del capítulo segundo, ya que emplea fórmula menos enérgica : los frailes menores hacen voto de observar su norma de vida en lo concerniente a los tres consejos evangélicos que ella prescribe y que forman, como lo dice claramente en el capitulo primero, la Regla y vida de los franciscanos ( 117). En conclusión, en los escritos de san F'rancisco y precisar mente en cláusulas que no obligaron ni obligan hoy gravemente aparecen expresiones más enérgicas que en la Regla JI. El Testamento reviste a este respecto caracteres dignos de conside– ración. No quiso el Santo Patriarca que obligase en conciencia, según él mi.smo lo afirma en el texto, y, sin embargo, contiene las expresiones más vigorosas que registran sus opúsculos, incluída la Regla Bufada. Ello tal vez Hevaríá a la consecuencia de que la terminología de Ia norma de vida de los franciscanos, Interpretada por los :restantes escritos del Seráfico Padre, no se refiere de suyo tanto a la obligatoriedad de sus prescripciones cuanto al deseo que él mani.f.estó de que se observasen. (115) Begula II, c,12, p.74. (116) GREGORIUS IV. Quo elongati, !.c., p.229b, (117) Parece que también en el capítulo primero de la Regla Bulada, el verbo pro– mittere tiene dos significados, pues dice: « Frater Franciscus promittit obedientio.m et reverentiam domino Papae Honorio l> (p,63). Es de cre~r que el Seráfico Padre no habría hecho voto d,3 reverenciar al Papa. caso de que esta palabra aííada algo a la obediencia que promete inmediatamente antes. 63

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