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3° Perfección de la Regla Franciscana. Chassaing aduce otra prueba para fundamentar su teoría. La Regla }i'ranciscana es más perfecta que las demás. Ahora bien, no puede serlo por razón del fin, supuesto que existen otras que lo tienen tan encumbrado; ni. simplemente por los medios prescritos, ya que muchas religiones los ofrecen: basta ojear las constituciones de los Dominicos y de los Jesuítas. De consi– guiente, la mayor perfección de las normas minoríticas se debe a la mayor y más eficaz obligación de usar esos medios. No ha– biendo otra mayor que la mandada bajo pecado mortal, los pre– ceptos de la Regla F'ranciscana, medios para conseguir el fin, obligan sub gravi 00 ). En tal raciocinio debería probarse primeramente que la le- . gislación del Seráfico Padre es más perfecta que las demás, No todos lo admitirán sin discusión, Un ejemplo y bien significativo lo ofrece en el mismo siglo XIII Clemente IV escribl.endo.a cierto aspirante que dudaba sobre la elección entre Dominicos y Fran– ciscanos. El Papa titubea también, pues si en algunas cosas son más rígidos y perfüctos éstos, les aventajan en otras aqué– llos, por ejemplo, en la disciplina (11 ). No sienta t8,mpoco principio la afirmación de que la mayor perfección de Ia Regla Minorítl.ca no puede provenir ni del fin - ni de los medios empleados para conseguirlo. Debería demos– trarse que se da en la Iglesia una norma de vida que tiene idén~ tico fin al de la franciscana y que a la vez p:11escribe todos los medios más excelentes que ella emplea; menguado es el valor de la argumentación cuando se presenta. como ejemplo de un mismo -ideal a determinado instituto religioso y como identidad de algún medio, a otros di.versos. Por lo cual, este nuevo argumento no ofrece solución satis– factoria al problema: pudo el Santo redactar un género de vida más perfecto sin imponer obligaciones gra.ves. b) Otros argumentos. Aparte de los episodios que han servi.do de base hasta el presente para fundamentar la sentencia que admite preceptos sub mortali provenientes de los deseos del Fundador, en cuida– dosa búsqueda por las principales fuentes franciscanas hemos encontrado otros que directa o indirectamente pueden relacio– narse con esta cuestión. (:O) CHASSAING, o.e., q.8, p.190. (11) CLEMENS IV, Quaeris a Nobis, 19 abril 1266, en Bullariurn Fran-ciscanum, III,79ab. 33

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