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otras inéditás (33). Compuso cinco opúsculos sobre la Regla, uno sólo de los cuales llegó a publicarse (34). Por sus ideas erróneas y extremadamente avanzadas, por la düicultad de consulta directa dado el escasísimo número de ejemplares que actualmente existen, porque en él se pueden refundir los pricipales argumentos en contra de las prescrip– ciones graves del pequeño código franciscano y aun por lo am– puloso del estilo, muy de su época, nos hemos tomado la libertad de exponer con mayor amplitud su pensamiento, .aun citándolo con frequencia textualmente. Como él mismo lo confiesa, dedicó Esquive! todas las fuerzas de su genio y sus afanes a librar a sus hermanos, como él decía, del ominoso yugo de pecados mortales (35). Propónese en primer lugar las acostumbradas cuestiones de los grandes expositores para explicar el hecho de que te– niendo la misma terminología algunos estatutos de determi– nadas legislaciones obliguen bajo pecado mortal y en otras no (36). Siguiendo casi lite:mlmente a Miranda aduce las teorías falsas (importancia de lo preceptuado, la intención del fun– dador colegida de las pafabras de la Regla, la costumbre), las refuta y concluye que la única explicación admisible es la que deduoe la obligación de las palabras preceptivas interpretadas por la costumbre que declara fué la intención del fundador obli– gar o no obligar bajo pecado mortal (37). Poco ha avanzado Esquive! sobre lo dicho por Miranda. Mas, siguiendo su razonamiento, colige una consecuencia im– portante : la bula Exivi de paradiso de Clemente V no obligaría bajo pecado, si no fuera porque parece suponer que la costumbre de la Orden afirmaba la obligatoriedad grave de la Regla. El documento pontificio no engendra nuevas obligaciones. (33) Algunas de ellas ha enumerado P.Hernández, Notas ele bibliografía franciscana, en Archivo Iberoamericano 21(1924),65-69. (34) ESQUIVEL A., O.F.M., Exposición chronohistórica de la Regla de N.S.P.Fran– cisco, Obra póstuma,. editada por José Maria Bazaguchiascúa, O.F.M., vol.!, Chile, Imprenta del Estado Chileno, 1820. Está dedicada al Papa, en italiano y español. La tenia compuesta muchos años antes. (35) Ibidem, p.31. Estas sus actividades las refiere también su editor: « Sí, porque su objeto fué siempre, como lo repite en sus obras, aliviar a sus hermanos los religiosos de toda la Orden, del formidable peso que agobian sus almas, redimirlos, a virtud de sus desvelos, fatigas e incesante estudio de toda su vida, de veintey cuatro mortíferos anillos de hierro, que forman la ominosa cadena bajo la cual gimen sin consuelo por la dilatada serie de cinco centurias. Ninguno hasta ahora se había dolido de esta infeliz, fatal situación de cerca de trescientas provincias repartidas por todo el mundo, que componen la Orden Seráfica, hasta que este hombre extraordinario (reservado, ya se ve, por la divina Providencia para estos tiempos de la más virtuosa libertad) reves– tido de verdadera proximidad... destruye con energia aquellas murallas que, man– comunadas la superstición y antigüedad, habían levantado inexpugnables y conijerv~d9 impenetradas » (p.XXIII). ·· (36) Ibídem, p.20. (;!7) lbidem,, p.24. 22
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