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garles al cumplimiento de toda la Regla sub voto, no juzgamos que la Orden como tal así lo creyera. Es cierto que Hugo de Di– gne era de esta opinión ; pero con seguridad la mayoría de los religiosos, con los Cuatro Maestros, san Buenaventura y Pe– cham, no la compartían. Nicolás III en su Exiit qui seminat, para probar que no están obligados a la observancia de todo el evangelio, trae cómo primera razón las palabras de la Regla : Regula... est... evange– lium observare vivendo in obedientia, sine proprio et in casti– tate, es decir, el evangelio circunscrito a los tres consejos prin– cipales (127). El argumento vale para nuestro caso: Voveo et promitto ... servare Regulam Fratrum Minorum... vivendo in obe– dientia, sine proprio et in castitate. Sólo se promete observarla en cuanto manda los tres consejos evangélicos. Este es el sen– tido que dió a la frase santo Tomás 028). En definitiva, pues, no puede deducirse de la fórmula de la profesión que los menores admitían algunas prescripciones gra– ves en la Regla además de los tres votos comunes a todos los religiosos, ni, por lo tanto, que la promesa de observarla era el origen de su carácter obligatorio. 3. La bula Exiit qui seminat (14 agosto 1279). Al iniciar san Buenaventura su generalato encontróse con dos problemas importantes : 1a lucha enconada de los sace11dotes seculares contra :las órdenes mendicantes y las discusiones internas sobre el ideal franciscano ( 129 ). Los que más tarde se llamarían Espirituales y tantas difi– cultades ocasionarían a la Orden los últimos años del siglo XIII y primeros del XIV, seguían robusteciéndose, ortodoxos aún, al amparo de la sombra y las narraciones de los primeros. compa– ñeros de san Francisco: fray León (m. 1271 ), fray Gil (m. 1262), fray Rufino (m. 1270). La preocupación del nuevo general fué defender su familia religiosa de los enemigos exteriores y pacificar a los súbditos descontentos favoreciendo la observancia de la Regla, sin poner obstáculos por ello al desenvolvimiento de la fraternidad. Nombrado cardenal en 1273, fué elegido para sucederle Jeró– nimo de Ascoli 0274-1279 ). Desgraciadamente, los asuntos que la Santa Sede le encomendó le impidieron que desempeñase con la debida calma su difícil misión. Habiendo recibido la púrpura (127) NICOLAUS III, Exiit qui seminat, edición de Seraphicae Legislationis textus originales, Ad Claras Aqua,s 1897, a.l, n.2, p.l87s. (128) Los que prometen observar la Regla, dice, no hacen voto de cumplir cuanto ella contiene, sino sólo la vida regular, que esencialmente consi~te en los tres votos substanciales (2-2, q.186, a.9). (129) GRATIEN, o.e., p.249-320; LAZARO DE ASPURZ, o.e., p.72-76. · 129

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