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Según dijimos antes defiende más en concreto la obligación de algunos mandatos como proveniente de los votos hechos en la profesión, y son los expresados con el verbo praecipere. No así los demás, aun cuando emplee el Seráfico Doctor clrmsulas vagas que parecen indicarlo ( 79 ). En esto precisamente se dis– tingue su sentencia de la expuesta por Hugo de Digne, para quien los Menores hacen voto de vestir pobremente, de no cabal– gar, e,tc.; lo cual explícitamente rechaza el Santo (80 ). e) Juan Pecham. Entre las numerosas obras teo~ógicas, ascéticas y pasto~ rales de este autor franciscano se encuentra una breve exposi– ción de la Regla, redactada hacia 1270, que forma parte de su T'ractatus Pauperis y nos servirá de base principal para esclare– cer su pensamiento (81 ). Existencia de la obligatoriedad. - Parece que Pecham no se sirvió de los Cuatro Maestros para escribir su comentario; no hay duda que consultó el de ,su maestro san Buenaventura. Basándose en la bula Qua elongati admite que los Menores deben observar cuanto preceptoria o inhibitoriamente está expresado en la Regla. Además de estas prescripciones funda– mentales existen otras, cuya transgresión crimen induceret et scandalum generaret ( 82 ). Crimen, según la terminología por entonces empleada, equivale en este caso a pecado mortal. Ahora bien, si en los preceptos menos lmportantes admite la obligatoriedad grave, mucho más débese afirmar de los eminen– tes y virtuales ( 83 ). La mism0, doctrina enseña aún con mayor claridad en su Expositio. Concluye su comentario al capítulo primero diciendo que la obediencia, la pobreza, la castidad y la sumisión a la Iglesia Romana, por emanar de fuente evangélica ponuntur sub districtione pra,ecepti ( 84), esto es, según la mentalidad de la época, bajo pecado mortal. ('79) Cfr. v.gr . Expositio, c.1, n.3, p.393b ¡ c.2, n.12, p.401a. (80) lbidem, Conclusio, p.436b-437a. (81) Acerca de su vida obras y bib!iografla véo,se el documentado artículo de TEE– TAERT A., O.F.M.CAP., en Dict.Théol,Cath., vol.XII, 1, c91.100-140. El Tractatus Pauperis se llama también De Perfectione evangelica y Apología contra obloquentes mendicitati de perfect,one e·vangelica. Tiene dieciséis capítulos; pero parece que el último se añadió más tarde. Todavía no se ha publicado enteramente. A nosotros nos interesan los capítulos nono y décimo; este último constituye la !'.amada Expositio Regulae; aquél ha sido editado por DELORME F., O.F.M., junto con los capítulos séptimo y octavo, en St'.ldi France– scani 29(1932),4'1-62,164-193. Para la Expositio usamos la edición de Speculum Minorum seu Firmamentum trium Ordinum, Venetiis 1513, pars III, fol.71ra-76vb. (82: Tractatus Pauperis, c.9, p.191s (edición DELORME). (83: También aduce 19. palatra crimen con la significación de pecado mortal en su Canticum Pauperis (editado por los Padres Franciscanos de Quaracchi juntame::ite con el Stimulu,q amoris ele Jaime ele Milán, Ad Claras AQuas 1905), p.179. (84:• Expositio Regulae, c.1, fol.75rb. !OfJ

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