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gación sub mortali, fuera realmente portadora de semejante obliga~ ción? ¿Podría el prelado o legislador reducir su fuerza obligatoria? Tal rvez el piadoso teólogo jesuita no lleva su argumentación hasta este extremo; pero lo cierto es que no .se queda muy lejos y que, consecuente con sus principios, afirma del:ididamente que cualquier materia, por muy· grave que sl!a, importará sólo obligación sub veniali si ésta es realmente la voluntad o intención del prelado al dictar su ley o precepto: « Quantttmvis materia legis gravfa sít, si legislator :mffi– ci-enter dedaret se nolle oblígare sub mortali, talis lex non obligat sub mortali. Probatur primo, quia haec obligatio est effectus mor 1 ali-s ,ab homine faciendus, qui non potest fieri sine consensu voluntatis hu– manae; sed ibi non adest consensus voluntatis superioris, quia ipse potius vult non obligare ad morhile, ut supponitur; ergo non inducitur taHs obli,gatio » 172 • F:i-nalmente, Suár 1 ez llega a entrever 1a existencia o, al menos, la posibilidad de materias preceptivas que exijan obligación sub mortali y que, por lo mismo, sería tal vez contradictorio y absurdo imponerlas sub veniali. Ahora bien; ¿Iá gravedad o levedad de t•ales supuestas leyes y preceptos dependería realmente del arbitrio e intenc:ión del propio prelado o legislador? El teólogo jesuita permanece firmemente consecuente y concluye que semejantes posibles. prescripciones o no constituirían verdaderas leyes o preceptos o, de lo contrario, obHgarían tan solo sub venialí, es decir, no importarían obligación sub mortali, por 1 que ésta es y no otra la inben:ción del prelado o legislador: « Unde argurnento,r secundo, quia vel est possibile in tali materia dari legem bumaniarn et non obligantem sub mortali, vel est imposslbilis talis lex: si est pos-sihilis, in eo casu Het, quia haec est voluntas ferentis illam; si vero est irnpos.sihilis, eo ipso ex vi talis modi ferendi Iegem talisque voluntatis, nulla lex valida constitnetur: ergo talis lex non obligabit ad mortale, quod nunc interrdimus .., quia legislator t,alem legem vult facere et non .alia:m: si ergo illa est impossibilis, vult Iegem impossibi– lem et consequenter uihil f,acit » 173 • Y ¿qué decir del i:nflujo que ejerce sobre J.as leyes penales la · voluntad del prelado o legislador? Suárez trata <le ellas amplísimamente y, en concreto, reconoce la existencia de leyes puramente penales (hipotéticas, disyuntivas) y mixtas. Estas últimas no importan ninguna 172 !bidem, n, 7. 173 Ibídem. 5,5

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