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penales. Ante todo, hay que reconocer que la autoridad humana, ecle– siástica y civil, goza de poder para dictar leyes obligatorias en con– ciencia. Más aún; contra el parecer de algunos moralistas de su tiempo, Covarruvias propone como doctrina verdaderísíma que las leyes penales justas obligan, en genernl, en conciencia sub veniali o sub mortali, ya que la pena establecida no debilita su obligación sino que más bien la intensifica o confirma 106 • Por otra parte, no se debe pensar que las leyes humanas, como tampoco la misma ley natural, obligan siempre bajo culpa mortal. Ahora bien; ¿cuándo obligan sub mortali y a qué se debe semejante obligación? La obligación sub mmtali de las leyes y preceptos depende de su mismo objeto o materia y del arbitrio o voluntad del prelado o legislador: « Quando autem humana lex obliget iMius tramgressorem ad mortalem culpam, colligí 1 tur ex ipsis legvslatoris intentione et volun– tate... et praeterea fode praesumitur quod finis a lege praetensus el: in quem lex diúgitur maxime est reipublícae utilis. Nam hinc constat eius transgress,ionem esse reipublicae perniciosam » 107 • ¿Quiere esto decir que los prelados y legisladores no pueden obli– gar sub rnort,alí en materi•a leve y sub veniali en materia grave? Para comprender bien la respuesta, hay que tener bi!en presente que para Covarruvas la pena o castigo es, por regla general, signo y criterio de la gravedad de las leyes y preceptos y que sería injusto imponer un castigo grave por un daño o culpa leve. Sin embargo, no ve incon– veniente ni inconsecuencia alguna en que los legisladores humanos puedan imponer o impongan o prohiban una cosa so pena de un grave oasti'go, declarando al mismo tiempo que no quieren ni pretenden con ello obligar a su cumpHmiento bajo culpa mortal: « Pleru:mque ex poena legi et praecepto addita colligitur legi.sfatorem habuisse vo– luntatem obligandi ad mortalem culpam... Et profecto iniquam ipse censerem humanam Iegem poenam mortis aut mutilationis membro– rum irnponeret pro transgressione alicuius legis quae ob publicum, leve tamen fac01nmodum, non esset digna mortali culpa, tametsi fatear posse legislatorem humanum aliquid prohibere gr:avi apposíta porma, et ta– men expressim insinuare se nolle obligare transgressorem ad rnortalem 106 CoYt,RRUVIAS D., Opera omnia, Venetiis 1604, t. 1, De restitutione, pa1·s 2, § 5, n. 2, p. 627. 10 7 Ibídem, p. 628. 3G
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