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¿Dependerá tal vez de la voluntad e íntenoión del prelado o legis– lador o, más bien, de su misma naturaleza, es dec1r, de su objeto o materia? El pensamiento de san Belarmino no se presta a duda alguna. A la voluntad e intención del prelado o legislador hay que atribuir ciertamente la existencia o no existencia de sus leyes y preceptos; pero, en modo alguno, su esencia, es decir, la fuerza de su obligación: « Sicut res caeterae, quoad exístentiam pendent ah agente non quoad essentiam... ita etiam lex, quoad existentiam, pendet a legislatore: non enim erit :!ex nisi dictetur ab eo qui habet auctoritatem. At quoad essentiam non pendet: quod enim lex obliget est quid aeternum et ímmutabile, et participatio quaedam Iegis aeternae Dei» 45 • Depende ígualmente de la voluntad del prelado o legislador dictar leyes mera– mente penales; si bien san Belarmino no :las reconoce como verda– deras leyes sino más bien como pactos o convenciones 46 • Finalmente, depende de la voluntad o intención del superior el que sus pres– cripciones constituyan no preceptos sino consejos, admonidones o nor– mas directivas sin obligación en conciencia 41 • En cambio, la fuerza obligatoria de las leyes y preceptos y la gravedad de sus correspondientes transgresiones no dependen, en ma– nera alguna, de la voluntad o intención del superior, sino de la natu– raleza misma de las cosas, es decir, del objefo o materia de los mismos preceptos y transgresiones: « Lex divina et humana... quoad obliga– tionem non differunt, utraque enim obligat in conscientia, nunc ad mortale nunc ad veniale peccatum pro rerum irps.arum gravitate » 48 , Más aún; los prelados y legisladores no gozan de poder para obligar sub gravi en materia leve: « Nec enim possunt prae:lati pro arbitrio obligare ad culpam mort.alem » 49 ; tampoco sub levi en materia grave: « Ad septimum dico, ex intentione legislatoris pendere an velit revera imperare ad veram legem condeire, an vero solum ostendere quid agen– dum sit, sine alio imperio: sed si veUt serio impeirare et veram legem condere non est in eíus potestate impedire quin lex obliget ad mor– tale au.t veniale pro reí magnitudine » 50 • La razón que mueve a san 45 lbidem, p. 322. 4 6 Ibídem, p. 323 s. 47 Ibídem, p. 324; De Summo Pontífice, lib. 4, cap. 18, p. 516. 48 IDEM, De membris Ecclesiae, ibídem, p. 322, Vease también ibídem, p. 323 y 324. 49 Ibídem, p. 323. ,.r Ibídem, p. 324. San Belarmino plantea a esta tesis la objeción ya pro- 18

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